_
_
_
_
Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Las buenas palabras

LA TERCERA cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de los países de Latinoamérica, Portugal y España ha concluido en Salvador de Bahía con una sólemne declaración de principios en la que se trata de los males que aquejan al continente latinoamericano y de las ideas guía para su enderezamiento.Si bien es cierto que la terminología empleada adolece de la usual vaguedad de conceptos, en el comunicado se alude a que 1a erradicación de la pobreza exige mayor cooperación internacional". Para ello se pide que el comercio mundial sea más libre y más justo, no sólo mediante la potenciación del diálogo Norte-Sur, la financiación adecuada y el intercambio más libre de tecnología, sino merced a la rápida conclusión de la Ronda Uruguay del GATT que prometieron hace unos días las siete potencias más ricas del mundo en su reunión de Tokio.

La cumbre se celebró en un momento en que peligra la estabilidad democrática en varias zonas de Latinoamérica. Es paradójico que el presidente Fujimori, de Perú, aprovechara la circunstancia para acusar a la democracia de los males que aquejan a su país, que, evidentemente según él, hicieron necesario su golpe de Estado. Olvida que los verdaderos culpables de la inestabilidad son -como ha afirmado- la corrupción, la ineficacia, la codicia de las élites y una situación económica cuyas causas son múltiples; y silencia que ninguno viene de la mano de la libertad. Las declaraciones de Fujimori contrastan con el lento regreso de Guatemala y Haití a las formas democráticas que todos celebran como un triunfo. Sin embargo, el principal asunto político de la cumbre ha sido, como en las dos ocasiones anteriores, el futuro de Cuba.

De forma muy cautelosa, los líderes reunidos en Bahía criticaron el embargo norteamericano que pesa sobre la isla. Aprovecharon la circunstancia para, también en términos muy generales, recomendar a F¡del Castro que prosiga con mayor ahínco una apertura hasta ahora sólo tímidamente anunciada. Debe recomendarse ahora al líder cubano que, a la vista de la suavización de las radicales posturas de la oposición tanto interior como exterior, sea él quien profundice en el proceso de liberalización del régimen. Ése fue, esencialmente, el contenido de las recomendaciones ¿le Felipe González al líder cubano en su entrevista privada. Si Castro quiere conservar los logros de la revolución, debe ser él quien encabece el cambio: es el único que puede hacerlo, a menos que no le importe provocar el riesgo de una sangría. En cualquier caso, el pueblo cubano no debería tener que pagar los platos rotos de un régimen que es caricatura de sí mismo: sometida a penurias sin fin, esa ciudadanía es merecedora de la solidaridad colectiva que le saque del hambre y la enfermedad.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

A la vista de los resultados, puede argüirse que la frecuencia anual de estas cumbres tiende a banalizarlas. En este sentido, parece razonable la decisión de empezar a espaciarlas para que alcancen la verdadera fuerza e influencia que deben tener. Razones políticas hicieron inevitable que las tres primeras cumbres fueran anuales: el Gobierno español había lanzado la idea para estrenar la magna reunión en Sevilla durante la Expo 92 y así poner un broche de oro a sus celebraciones; pero para conseguirlo sin despertar suspicacias antiimperialistas fue necesario que se celebrara una primera cumbre al otro lado del Atlántico, la de Guadalajara (México) de 1991, y una tercera en la misma región, que es la que concluyó el viernes. Hecho esto, y una vez se celebre la de Cartagena de Indias (Colombia) el año próximo, el ritmo bienal de las citas permitirá que generen las iniciativas y recojan los frutos de una cooperación política, cultural y económica cuyos detalles deben elaborarse a otros niveles, especialmente en reuniones ministeriales.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_