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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Médicos

Estudié medicina en Salamanca. A los 33 días de obtener mi título lo había validado para poder ejercer en Bélgica, me había colegiado en la provincia de Flandes Oriental y había comenzado la residencia en la especialidad que yo quería. Disfruto de un sueldo del doble que un residente español, en una atmósfera tecnológica y humanamente puntera, y cada día me alegro más de no haber ni siquiera contemplado la oposición MIR. ¿Qué extrañas cosas hice para conseguir mi propósito y qué intrincadas pruebas hube de superar para llegar a Bélgica? Escribí al jefe de mi departamento, a la semana llamé por teléfono para saber si había recibido mi carta, concerté una entrevista, presenté mi escaso curriculum vitae, y en quinto de carrera ya sabía dónde, con quién y cómo me especializaría.¿Si se me ocurre regresar a España, o establecerme en Copenhague, Dinamarca, tendré que convalidar el título? Una vez obtenido mi título de especialista, éste necesitará de un sello del Ministerio de Salud belga (a través de correo te lo devuelven resuelto en cuatro días) para ser validado en todo el territorio de la Comunidad Europea. No caben burócratas que te pidan tal o cual certificado; el proceso de reconocimiento mutuo es automático.

¿Por no haber hecho la especialidad a través del MIR dejaré de tener acceso a un puesto público o privado en España? De pasárseme por la cabeza trabajar para el Insalud español o el Instituto de Salud británico, por poner dos ejemplos, concurriré en igualdad de condiciones que cualquier candidato. Dentro de la CE los profesionales liberales disponen de total igualdad y movilidad para establecer sus prácticas.

He estado pasando unas vacaciones en Salamanca. Mis compañeros de carrera, personas muy brillantes -en cualquier caso, mucho más brillantes que yo-, han tenido que opositar con gran esfuerzo por sus plazas de residencia; otros no han tenido la fortuna de aprobar a la primera y siguen sentados 16 horas al día, empapándose de nuevo con toda la medicina. No me lo explico; si alguien me quiere vender una manzana por mil pesetas le doy las gracias, me doy media vuelta y me compro la manzana en otro sitio, donde el precio se corresponda con el valor.-

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