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Entrevista:

"Después del verano se podrá elegir médico y pediatra"

Es la primera mujer que sucede a Federica Montseny en la cartera de Sanidad, pero Ángeles Amador nunca pensó que sería ministra. Simplemente estaba en el lugar adecuado, en el momento oportuno. Su labor previa como subsecretaria ha estado marcada por la discreción. Por ello es la gran incógnita en el nuevo Ejecutivo.

Sus conocidos afirman que esta profesional de 44 años, madre de tres hijos, esconde grandes sorpresas. Ángeles Amador se revela, en su primera entrevista, como mujer agradecida al feminismo, de formación renacentista -recita a Dante de memoria-, y como una ministra de Sanidad y Consumo que cree que en materia de salud "hay desigualdades irresistibles".

Pregunta. En la biografía de sus dos compañeras de Gobierno, Cristina Alberdi y Carmen Alborch, consta, claramente su vocación feminista. En la suya, en cambio, no hay referencias al respecto. ¿Cree que su nombramiento ha sido consecuencia de la actuación de los lobbies de mujeres?

Respuesta. Sin duda soy beneficiaria del trabajo de tantas mujeres feministas que han trabajado seriamente para reivindicar la presencia de las mujeres. El hecho de ser mujer en este país es significativo todavía. Como mujer, en lo profesional, he sido víctima en ocasiones de desconfianza y caricatura. Pero yo no creo, sinceramente, que se pueda otorgar una responsabilidad de esta naturaleza sólo por satisfacer la presencia femenina.

P. Llegó al Ministerio de Sanidad como subsecretaria de Julián García Valverde por ser una buena técnica. Su nombramiento como ministra ha suscitado dudas sobre su capacidad política. ¿Cómo afronta el reto?

R. Nunca me había planteado llegar a este puesto. Dicho esto, es verdad que mi profesión es la de abogado y creo que, en el fondo, estoy haciendo lo mismo. Lo que he sustituido es el cliente: antes defendía a una parte y ahora mi causa es el interés general. Pero estoy entusiasmada: no hay nada que merezca más la pena que trabajar por un asunto que afecta a todo el mundo, y en materia de salud la desigualdad no se puede consentir.

P. El programa electoral incluía la libre elección de médico, pediatra, tocólogo y hospital para partos. ¿Cuándo estarán en vigor?.

R. Médico y pediatra, inmediatamente. Será una de las primeras medidas. A la vuelta del verano los españoles van a poder elegir médico general y pediatra. El siguiente proyecto es la libre elección de ginecólogo.

P. ¿Qué otros objetivos sitúa en lugar prioritario?

R. Soy responsable de la salud de los ciudadanos y eso, hoy por hoy, significa que tenemos que prevenir enfermedades que son características de las sociedades avanzadas, enfermedades que se producen por el tipo de vida que hacemos. Y tenemos que prevenir riesgos: hoy tenemos las enfermedades derivadas de la alimentación, las cardiovasculares... Es decir, tenemos que ser capaces de conseguir que Sanidad sea una voz permanente de información. Que el ciudadano sepa que la salud está en sus manos y si cambia sus hábitos de vida está mejorando y preservando su salud.

P. ¿Significa esto que en algún momento se pueden adoptar medidas que graven la asistencia sanitaria de aquellos que fuman, como se ha hecho en el Reino Unido?

R. Es prematuro que yo me plantee términos coercitivos o culpabilizar al fumador de su enfermedad. Sobre todo, cuando no ha tenido información adecuada. Sí estoy empeñada en obtener resultados, y, por tanto, con el tabaco y con el alcohol vamos a tener que hacer cosas muy serias. Es un problema gravísimo y, además, dirigido a sectores que son particularmente procupantes: el alcohol en. la juventud es un problema que no necesito, descubrir: está en la sociedad. Tendremos que. arbitrar medidas para. que la salud de los jóvenes no se vea condicionada desde los 16 años por el consumo de alcohol y tabaco.

P. ¿Se refiere a medidas sobre la presión. publicitaria?

R. Hay problemas con la directiva de la, Comunidad Europea. sobre la publicidad del tabaco. No acaba de madurar y salir adelante. No es tolerable alguna publicidad dirigida a los jóvenes. Y voy a ver seriamente la forma de endurecer esa normativa.

P. Algunos sectores de la sociedad piden que el alcohol sea considerado una droga dura dado el número de muertes que causa. Su departamento ha perdido en la reestructuración de Gobierno el Plan Nacional de la Droga, que pasa a Asuntos Sociales. Un traspaso sobre el que no están de acuerdo los especialistas en salud pública. ¿La droga es un problema social o sanitario?

R. La droga es un problema muy complejo. El pase a Asuntos Sociales es una buena decisión porque se ha convertido en un problema social de primera magnitud. Pero eso no significa una dejación de funciones. Nosotros acababábamos de aprobar el plan de asistencia a toxicómanos, que amplia el programa de metadona en los centros del Insalud. Vamos a seguir con él, y he ofrecido a la ministra de Asuntos Sociales mi colaboración. Queremos poner los medios necesarios para que los toxicómanos sepan dónde tienen que ir. Me comprometo a garantizar la vertiente sanitaria y no hay que olvidar que el problema de la droga presiona mucho la asistencia sanitaria con hepatitis, sida, tuberculosis...

P. Las listas de espera constituyen, junto a las patologías, como el sida, los principales retos del sistema. El Insalud tiene 140.000 pacientes en espera de asistencia. ¿Cuál es el total nacional?

R. No lo sabemos. Hay comunidades autónomas que no dan datos. El Insalud atiende al 43% de la población, 16 millones, y tiene 140.000 pacientes en lista de espera. Si doy esos datos no es para diluir el problema, es porque no me gusta que se use el terna de las listas de espera para descalificar al sistema. Listas hay en todo el mundo. Hay que ver cuánto es el tiempo de demora, qué consecuencias produce y, sobre todo, qué es lo razonable. Hay que ver las causas, que a veces son técnicas. Comprobar que ninguna patología en espera es grave. En Madrid se ha realizado un plan especial que ha reducido la lista un 861/6 para más de seis meses. Soy ambiciosa en el tratamiento de la espera. Es un problema que produce angustia e inquietud. Hay demoras intolerables. Intolerables.

P. ¿Se refiere a las listas de espera para asistencia o para diagnóstico? Porque algunos especialistas, como los oncólogos, afirman que en mamografías hay esperas que pueden ser dramáticas.

R. No en todos los casos la valoración que hace el paciente es la misma que tiene el médico. Me cuesta asumir que las listas de espera en las pruebas diagnósticas hagan irreversible una enfermedad. Hay vías de urgencia a las que un especialista puede acudir para evitar esa espera.

P. Los servicios de urgencia están colapsados por la insuficiente dotación en atención primaria. ¿Cuándo concluirá la reforma de ese primer eslabón?

R. Actualmente, un 60% de la población está atendida en los nuevos centros de salud, y en esta legislatura llegaremos al ciento por ciento.

P. En una situación de crisis como la actual, ¿es posible mantener el actual sistema sin limitar prestaciones?

R. Vivimos una crisis seria y profunda. No sólo la acción del Gobierno va a poder sacar al país de la crisis. La sanidad no se puede desentender de ese problema, pero controlar el gasto no es reducirlo, y tengo la suerte de pertenecer a un Gobierno que considera el gasto social una prioridad.

P. Las reivindicaciones profesionales son uno de los temas que deja Griñán pendientes. ¿Qué medidas hay preparadas al respecto?

R. Estoy seriamente convencida de que lo que no haga con los profesionales sanitarios, no lo hago: no controlo el gasto, no transmito el mensaje de salud. Pero yo no quiero elaborar objetivos a partir de las ideas de los que estamos aquí dentro. Necesito saber qué es lo que piensan los ciudadanos en la calle y médicos y enfermería en los hospitales y centros de salud.

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