Descienden el Ebro en barca reivindicando "agua para vivir"

Los ecologistas que el pasado día 1 iniciaron el descenso del Ebro, bajo el lema Agua viva para vivir, para reivindicar un uso racional del agua y la defensa ecológica del río llegaron el pasado fin de semana a Zaragoza. En la iniciativa participan grupos de Cantabria, Castilla y León, La Rioja, Navarra, Aragón y Cataluña.La travesía la realizan en un catamarán construido por ellos mismos, llamado La dragona, que flota sobre grandes bidones y tiene 10 metros de eslora, y 3 de manga. El mascarón de tres cabezas de dragón ha sido tallado en madera por el escultor aragonés José Antonio Barrios. El descenso se inició en Fontibre y concluirá el próximo 18 en el delta del Ebro, donde los participantes penetrarán en el mar. La entrada en el puente de piedra, de Zaragoza, estuvo acompañada por piraguas, neumáticos y otro tipo de originales embarcaciones así como por unas 80 bicicletas, por tierra.

Vertidos

Los promotores reivindican una gestión racional de los recursos hidráulicos y quieren llamar la atención a los habitantes de la ribera de que el agua del Ebro se emplea para inundar pueblos, con la construcción de pantanos, refrigerar centrales nucleares o para los trasvases previstos en el Plan Hidrológico Nacional. En toda la cuenca del Ebro hay inventariados unos 14.000 puntos de vertidos, el 35% proviene de la ganadería, el 40% de residuos urbanos y el 35% de industriales, según datos de la Confederación Hidrográfica.La bajada del Ebro contempla aspectos reivindicativos, lúdico-culturales y científico-técnicos. En las localidades donde realizaron paradas se celebraron encuentros festivos y diversas muestras culturales: conferencias, debates, folclor y exposiciones. Desean que la experiencia sirva para realizar estudios sobre los problemas del Ebro y sus aguas, en áreas tan diversas como la biología, la hidrología, la economía, la geografía o la sociología.