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Vicente Amigo presenta una sinfonía inspirada en poemas de Alberti

Leo Brower orquesta y dirige el 'Concierto flamenco para un marinero en tierra'

El subtítulo del Concierto flamenco para un marinero en tierra es significativo: Un homenaje a Rafael AIberti. Compuesto por el guitarrista Vicente Amigo y orquestado y dirigido por el cubano Leo Brower, se ofrece el próximo día 18 en el teatro Monumental, en Madrid. Su estreno tuvo lugar en julio de 1992 en Córdoba. "Es una aventura ver cómo suena con orquesta lo que sale de tus entrañas", dice Amigo, que a sus 26 años está considerado como uno de los concertistas flamencos con mayor proyección internacional.

Acaba de llegar de actuar en París. Antes, Vicente Amigo ha paseado su guitarra flamenca por Estambul; por el carrefour de la Martinica; por los festivales de música mestiza de Amiens y Angulema; por Lisboa, junto a John McLaughlin, Al di Meola y Paco de Lucía; por Río de Janeiro, junto a Milton Nascimento y Wagner Tiso.Está a punto de comenzar una gira de siete conciertos por Castilla-La Mancha antes de estrenar en Madrid, el próximo día 18, su Concierto flamenco para un marinero en tierra, un homenaje flamenco a Rafael Alberti, orquestado y dirigido por el cubano Leo Brower, titular de la Orquesta de Córdoba. A sus 26 años, Vicente Amigo se ha puesto en la lanzadera de su carrera internacional.

"He conocido a la gente más potente en su estilo y actuado en los festivales más importantes. Pero sigo pasando miedo al salir a un escenario y ser el centro de atención". A finales de 1991, durante el festival Leyendas de la guitarra, celebrado en Sevilla, Vicente Amigo ya mostraba tanto miedo escénico como satisfacción al posar junto a Paco de Lucía, el detonante de su vocación flamenca. "En mi familia no hay ningún antecedente musical, pero desde pequeño cogía un palo y hacía como si tocase la guitarra. A los cuatro años vi a Paco de Lucía en la televisión y me marcó lo que tenía que escoger: el estilo y el instrumento. Me dejó enamorado".

Y Vicente Amigo, un sevillano de Guadalcanal trasladado de niño a Córdoba con sus siete hermanos, recuerda cuando a los ocho años, un 6 de enero, amaneció con su primera guitarra; sus primeras clases de flamenco con Juan Muñoz, El Tomate, y con Rafael, El Merengue; los comienzos en el grupo de Manolo Sanlúcar; el salto a la fama cuando acompañaba el cante de El Pele, antes de lanzarse en solitario y grabar su primer disco. Siempre con el miedo a cuestas. "En los artistas hay momentos de inseguridad, aunque trato de poner el corazón a la hora de salir a tocar. De concentrarme, de quedar fuera del mundo", afirma el guitarrista. "Así, a veces salen cosas que nunca habías hecho antes. Trato de buscar mi personalidad, resultado de tener algunas cosas muy claras y de dudar en otras. Pero hay que enfrentarse a ellas y arriesgar con naturalidad".

Algo de eso hay en el Concierto flamenco para un marinero en tierra. "Leo Brower me ha enseñado que hay gente a cargo de una orquesta sinfónica que es capaz de disfrutar con todo tipo de música porque domina el lenguaje culto y el popular", afirma el guitarrista. Y continúa: "Es una aventura ver cómo suena con orquesta lo que sale de tus entrañas", dice Vicente Amigo."Cuando fui a Cuba para presentar a Leo las primeras ideas, en febrero de 1982, coincidió que estaba Alberti, que después hizo el cartel para el estreno en Córdoba", dice. Cuando el guitarrista escuchó por primera vez la obra acabada, "no lo veía claro". "Estaba impaciente por escucharlo sonar todo junto. Y tocar con toda una orquesta te da respeto, aunque Leo ayuda mucho porque sabe las posibilidades de todos. Pero hay que estar muy atento, porque si hay un descuadre no se van dos: se van 50".

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