Mejora la calidad de vida del paciente oncológico

Los vómitos y las náuseas son los efectos secundarios peor tolerados por los enfermos de cáncer sometidos a quimioterapia, hasta el punto de que entre un 5% y un 10% abandona voluntariamente el tratamiento. Estos efectos indeseables alteran seriamente su calidad de vida, porque pueden ser de gran intensidad, frecuencia y duración. Pero en los últimos años estamos asistiendo a la aparición de nuevos fármacos que logran reducir e incluso eliminar los vómitos y las náuseas, disminuyendo la agresividad de la quimioterapia y aumentando su eficacia al permitir la administración de dosis más altas", ha afirmado Paul Andrews, profesor de Fisiología del hospital Saint George de Londres, que ha participado en Madrid en el IV Congreso Nacional de Oncología Médica.Los medicamentos antieméticos están indicados para controlar la emesis (vómitos y náuseas), inducida por los fármacos citostáticos de la quimioterapia. Según Andrews, que es uno de los primeros expertos mundiales en el conocimiento del mecanismo fisiológico de la emesis, cuando a un paciente canceroso se le habla por primera vez de tratamiento quimioterápico siente pavor.

Temor

"Es algo totalmente comprensible", afirma, "ya que es vox populi la agresividad de la medicación citostática. La emesis provocada por ella no es sólo una experiencia desagradable para el paciente. Los vómitos muy graves pueden poner en peligro su vida como consecuencia de la deshidratación, las alteraciones metabólicas, la desnutrición y la pérdida importante de peso. No obstante, no todos los quimioterápicos resultan igual de lesivos. También hay que tener en cuenta las dosis administradas y el tipo de tumor".Andrews admite que todavía no están muy claros los mecanismos fisiopatológicos de la emesis. "Vernos", explica, "que la quimioterapia produce una liberación de serotonina, sustancia que activa el sistema emético, apareciendo los vómitos y las náuseas. Para controlar esta reacción, los medicamentos más eficaces y seguros de que disponemos actualmente son los llamados antagonistas de los receptores. Son drogas muy bien toleradas y con un alto grado de efectividad, pero también son muy caras".

En opinión de este experto, a pesar de su alto coste, estos fármacos deberían administrarse al paciente "de forma preventiva, antes de la primera sesión de quimioterapia". Hay que evitar, según subraya, que el enfermo conozca la experiencia de los vómitos y las náuseas, pues "es frecuente que en los pacientes que han sufrido esos desagradables efectos se produzca en sucesivas ocasiones la llamada emesis anticipatoria".

Esta situación se caracteriza por la presentación de vómitos y náuseas sin haber recibido una nueva sesión de quimioterapia. "Suele aparecer" , aclara Andrews, "cuando la persona va al hospital a recibir la medicación citostática o en presencia de la bata blanca que se la va a administrar. Su desencadenante es puramente psicológico; es el miedo y la angustia a sufrir nuevos episodios de emesis".

Las mujeres jóvenes representan los casos más susceptibles de sufrir la emesis. "No se sabe muy bien por qué", indica este fisiólogo, "aunque se invocan razones hormonales. Curiosamente, los varones alcohólicos son los más protegidos contra esta reacción del tratamiento con citostáticos',.