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El Banco Público de Euskadi

El autor denuncia la precipitación de las fuerzas políticas al enjuiciar el reciente proyecto de ley del Gobierno vasco por el que se crea el Banco Público de Euskadi. En su artículo recuerda que el nuevo banco no pretende regular la política monetaria -al estilo de un banco central clásico-, ni emitir moneda, y que su función principal será la gestión de la materialización de los coeficientes de caja.

El Gobierno vasco ha aprobado el proyecto de ley por el que se ,crea el Banco Público de Euskadi -Euskadiko Banku Publikoa-, acción que se ha convertido en elemento de referencia obligado para todas las fuerzas políticas del Estado español.Lo curioso del caso es que la mayoría se ha apresurado a posicionarse sin haber hecho el más mínimo análisis, contraste y reflexión. A eso se le llama improvisación, andar a la que salta, falta de seriedad, prejuicio y pura ansia electoral.

La acción del Gobierno tiene estas cosas: quien decide y avanza se convierte en punto de referencia, genera reacciones, pone en evidencia cuestiones de alto calado político y obliga a posicionarse.

Pasos serios y meditados

Conviene recordar que para Hegar a la aprobación de este proyecto de ley se han dado pasos serios, consistentes, transparentes y meditados, yendo del pacto de legislatura en el Gobierno vasco (1991) hasta el acuerdo institucional para la reactivación económica y el empleo, del pasado 6 de abril en Ajuria Enea. Hitos donde siempre han existido acuerdos PNV-PSE-EE y Gobierno vasco-diputaciones forales.

Ahora todo parece cambiar, porque al presidente del Gobierno central se le ocurrió convocar elecciones para el 6 de junio. Se pretende la parálisis institucional de los demás -¡no molesten, por favor!-!, porque si el Gobierno vasco gobierna, según algunos es una imprudencia, cae en la improvisación y es electoralista.

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No es motivo de estas líneas volver a repetir las funciones que tendrá el Banco Público de Euskadi. Si alguien está interesado en analizarlas en profundidad no tiene más que pedir el informe completo, elaborado en su versión de síntesis -373 páginas-, que son públicas. Prefiero aclarar, de nuevo, algunas dudas.

El banco público vasco no pretende emitir moneda, es decir, no es un banco emisor. Tampoco pretende regular la política monetaria, es decir, no es un banco central clásico. Lo que pretende, entre otras funciones, es la gestión de la materialización de los coeficientes de caja.

Llegados a los coeficientes de caja, con la política monetaria hemos topado, dicen algunos. Esto es un planteamiento absolutamente reduccionista e interesado.

Estos coeficientes desempeñan un papel claro de coeficiente técnico ligado a la solvencia y liquidez de las instituciones financieras (Orden 21-2-90, Ministerio de Economía), tienen un sentido de sistema de compensaciones financieras y constituyen un impuesto implícito a las entidades financieras.

Estos elementos definitorios ponen de manifiesto con claridad nuestro ámbito competencial (Estatuto de Gernika y concierto económico) y nuestra base jurídico-política para sostener nuestros planteamientos. ¡No saquen a colación sentencias del Tribunal Constitucional! Las hemos conocido, analizado, valorado y, además, incorporado en nuestros estudios para sacar adelante el banco público vasco.

Déficit público

Pero además de lo señalado, ¿quién puede sostener que un coeficiente de caja es un instrumento puro de política monetaria, y que los recursos del mismo son esterilizados financieramente? Digamos más bien que detrás de lo que algunos denominan política monetaria se encuentra sencillamente un mecanismo más de financiación del déficit público del Estado. Financiación a mínimo coste que se ha convertido en una exacción fiscal implícita.

Se dice que el coeficiente de caja en su tramo no remunerado (el 3% de los pasivos computables de cada banco, caja o cooperativa de crédito) tenderá, a disminuir en el proceso de integración europea. De acuerdo con el criterio, pero mientras tanto deposítese en la parte que corresponde a las instituciones financieras bajo competencia del Gobierno vasco en el Banco Público de Euskadi (entre 50.000 y 60.000 millones de pesetas en 1993 a tipo de interés cero).

Se dice que el tramo remunerado del coeficiente de caja (cebes) tiene unos plazos de amortización para el año 2000. De acuerdo, pues sustitúyanse estos certificados del Banco de España (cebes) correspondientes a las cajas y cooperativas de crédito vascas por títulos de deuda pública vasca. Siempre con el mismo tipo de interés, el 6%, y con los mismos plazos de vencimiento. Estamos hablando de 138.000 millones de pesetas a fecha de hoy.

Se dice que los bancos centrales no están para financiar al sector público en el proceso de integración europea. Primero, quien lo dice constata expresamente que los coeficientes se dedican a esa financiación. Segundo, quien lo afirma realiza una declaración de principios sin contenido real y sin voluntad cierta.

En este sentido, ¿cómo se explica el crédito singular sin interés de 1,3 billones de pesetas que tendrá la Administración central por parte del Banco de España, según el proyecto de ley para su autonomía, y que se amortizará en 40 años?

La excusa de Europa

En definitiva, se vive de la excusa de Europa y de la sacralización de la política monetaria. Lo que ocurre es que se está muy cómodo haciendo caso omiso de las previsiones estatutarias, alentando vientos de Europa y de política monetaria y distrayendo la atención para no abordar el reparto de unos recursos que se monopolizan sin justificación.

En este contexto es importante decir que la discusión sobre la titularidad de las competencias y los instrumentos para ponerlas en marcha no es cuestión baladí. En el ejercicio de nuestro autogobierno buscamos soluciones a nuestros problemas, también en el ámbito de la fiscalidad. Para crear riqueza y empleo; para avanzar.

es consejero de Economía y Hacienda del Gobierno vasco.

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