El poeta Tomàs Garcés gana el Premio de Honor de las Letras Catalanas
El poeta Tomàs Garcés, nacido en Barcelona hace 91 años, fue proclamado ayer Premio de Honor de las Letras Catalanas, galardón dotado con un millón de pesetas y creado en 1969 por Òmnium Cultural para premiar "a una persona que por su obra, literaria o científica, escrita en lengua catalana, y por la importancia y ejemplaridad de su labor intelectual haya contribuido de manera notable y continuada a la vida cultural de los Països Catalans".
El periodista Josep Faulí, que realizó una glosa de Tomàs Garcés en el acto de proclamación del premio, celebrado en la sede de Òmnium Cultural, calificó al personaje como "uno de los mejores poetas del siglo, traductor y periodista notable y hombre de acción". Faulí destacó asimismo que Garcés "ha tenido la suerte que, después que una generación le diera la espalda, vinieron otras más jóvenes que lo tomaron como maestro y que reivindicaron y reeditaron su obra".Jordi Sarsanedas, decano de la Institució de les Lletres Catalanes, manifestó tras el veredicto que "se trata, evidentemente, de un premio merecido, ya que Garcés es tino de los grandes poetas del Siglo XX". Lamentó, sin embargo, Sarsanedas que el reconocimiento a Garcés le llegue cuando su edad es muy avanzada y su salud precaria, ya que una enfermedad le mantiene con medio cuerpo paralizado y le impide hablar.
La elección de Tomàs Garcés, que suecede en la lista de premiados a Joan Triadú (1992), supone un regreso a la literatura pura y la reivindicación de un poeta que, quizás por su gran discreción, ha sido a menudo olvidado.
Los inicios
Tomàs Garcés empezó en la literatura de muy joven, a los 18 años, cuando fundó la revista Mar Vella en su barrio de la Barceloneta. Licenciado en Letras y Derecho, Tomàs Garcés se inició como crítico literario, en 1922, en La Publicitat, donde firmaba con el seudónimo Ship-Boy. Su primer libro, Vint cançons, se convirtió en un éxito y fue elogiado por maestros como Josep Maria de Sagarra y Carles Riba. Considerado como un poeta de la segunda generación del noucentisme, la vertiente popular de su poesía le valió comparaciones con Juan Ramón Jiménez y Federico García Lorca, con quien mantuvo una consolidada amistad.En los años treinta, Garcés colaboró en la que está considerada como la mejor revista de poesía que ha existido en Cataluña: Quaderns de poesia. Garcés figuraba en el consejo de redacción de la revista junto a J. V. Foix, Carles Riba, Marià Manent y Joan Teixidor.
Destacan en la obra de Garcés, además de varios libros de poesía, reunidos en Obra Completa por editorial Columna, el dietario El temps que fuig y el libro de prosa Quadern de la Selva. La Prosa Completa de Garcés también ha sido reunida recientemente por Columna.
La poesía neopopularista de Garcés ha sido musicada por músicos de la talla de Eduard Toldrà, Frederic Mompou, Xavier Montsalvatge, Amadeu Vives, Joan Llongueras y Manuel Blancafort. El momento más significativo del encuentro entre Garcés y los compositores lo constituye el concierto que se le ofreció el 28 de noviembre de 1926 en el Palau de la Música. Organizado por la asociación Amics de la Poesía, fue el primer concierto del ciclo Els poetes i els músics.
La guerra civil supuso una ruptura en la vida y en la obra de Garcés. En 1936, emigró a Francia, donde intimó con el poeta Josep Sebastià Pons. A su regreso, en los años cuarenta, Garcés intentó, sin éxito, reeditar la revista Quaderns de poesia y creó una colección del mismo nombre donde publicó obras suyas y versiones de poetas gallegos e italianos, entre ellos Montale y Ungaretti, que eran amigos suyos.
Garcés se fue apartando paulatinamente de la literatura para dedicarse principalmente a su trabajo de abogado.
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