50 obras sobre la historia de América

El americanista Silvio Zavala, a sus 84 años, no esperó ayer a que el despertador le anunciara el nuevo día, como es habitual en su vida cotidiana. Los teléfonos desde España sonaron a lo largo de la madrugada y, mientras México dormía, él deambulaba ya desvelado por los pasillos de su casa de Lomas de Chapultepec con la grata noticia: el Premio Príncipe de Asturias.Quizá. lo más emotivo de este académico, autor de más de 50 obras, en su mayoría relacionadas con la historia de América, conocedor profundo de la historia de la conquista e investigador de siempre de todo aquello que ha estado relacionado con una mejor comprensión de los derechos del hombre, fue su humildad al conocer la distinción que el jurado del Premio Príncipe de Asturias le concedió ayer: "Yo quiero dedicárselo a quien fue mi director de tesis, el profesor don Rafael Altamira, alicantino de nacimiento, pero hombre vinculado a Asturias porque en su universidad (Oviedo) impartió sus enseñanzas de historia".

Altamira, ya fallecido, fue profesor de Zavala en Madrid, donde el hoy premio Príncipe de Asturias se doctoró en Historia. Años después coincidiría con él en México porque Altamira fue uno de los muchos intelectuales españoles que, terminada la guerra civil, encontraron en México el calor de un país que, como recordó ayer el galardonado, "se portó de una forma inteligente y generosa con una gente preparada y honrada que, por otra parte, le revirtió muchos beneficios a mi nación".

Zavala, nacido en Mérida (Yucatán) el 7 de febrero de 1909, viajó a Madrid en 1930 con una beca para hacer su doctorado en Historia, que concluyó en 1933. Permaneció en Madrid hasta bien entrado 1936, conociendo así el desastre inicial de la guerra que enfrentó a los españoles. En la Universidad Central, de San Bernardo, Zavala fue discípulo de Américo Castro, Dámaso Alonso, Claudio Sánchez Albornoz, Ramón Menéndez Pidal y Fernando de los Ríos. "De todos ellos, y especialmente de, Menéndez Pidal, que dirigía una sección de historia hispanoamericana, recibí sus enseñanzas, que han presidido parte de mi vida académica".

En sus recuerdos de Madrid, este historiador mexicano se detiene en la figura de Fernando de los Ríos, de quien destaca "su visión abierta hacia América sobre la conquista", sin la pasión que ha guiado a otros investigadores e historiadores de las dos orillas por ver la historia con inclinaciones.

Hoy, esa misma visión se le reconoce a él desde México hacia España, evitando así el dolor. Y con la misma humildad Silvio Zavala dice: "Tal vez sea cierto. Pero me resulta muy dificil autojuzgar mis trabajos de más de seis décadas". Concebido como un hombre que ha juzgado con equidad la historia de la América colonial, Zavala, a su regreso de Madrid, inició una viva vida académica en su país, primero fundando la Revista de Historia de América, todavía en circulación, y participando en la creación del Colegio de México, antes Casa de España, la gran institución educativa fundada por Alfonso Reyes y que desde los años cuarenta forma, dentro del campo de las humanidades y las ciencias sociales, a lo mejor de la intelectualidad mexicana.

El Príncipe de Asturias no es el primer galardón español que recibe este prestigioso historiador, asiduo visitante en sus años madrileños de la Residencia de Estudiantes, ex embajador de México en París y profesor en diferentes universidades de América y Europa. Zavala es doctor honoris causa por la Universidad de Sevilla (1990) y medalla Cardenal Cisneros de la Universidad Complutense de Madrid (1992).