Los musulmanes piden que lleguen armas y se vayan los 'cascos azules'

AGENCIAS, El Gobierno de Bosnia pidió ayer al Consejo de Seguridad de la ONU que levante el embargo de armas que sufren los musulmanes bosnios. De lo contrario, las autoridades de Sarajevo exigen que la mayoría de las tropas de la ONU desplegadas en Bosnia abandone su territorio y advierten del peligro que corre el personal implicado en el reparto de ayuda humanitaria.

"Los serbios no nos quieren aquí y bloquean nuestros convoyes. Los croatas están increpando e insultando a nuestros conductores. Si ahora los musulmanes tampoco nos quieren, no sé qué hacemos aquí arriesgando nuestras vidas", declaró el representante de la Alta Comisaría de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en la antigua Yugoslavia, el español José María Mendiluce.

Por otra parte, dos helicópteros de la ONU evacuaron ayer a los 45 primeros heridos del enclave musulmán de Zepa, cercado por los serbios, tras el acuerdo alcanzado entre la organización internacional y el líder serbio de Bosnia, Radovan Karadzic. Los heridos fueron transportados hacia una zona bajo control musulmán.

La operación, sin embargo, tropezó primero con serias dificultades. La ONU había enviado inicialmente cuatro aparatos, que fueron retenidos durante varias horas por las fuerzas serbias cuando hacían escala para una supuesta inspección rutinaria en su camino a Zepa. Tras una larga discusión, sólo dejaron a dos helicópteros seguir viaje hacia Zepa.

"Creo que con el compromiso de Karadzic lograremos vencer los obstáculos de los jefes locales, y, confío en que podremos llegar a estos sitios con regularidad", dijo Mendiluce, quien precisó que los serbios tendrán derecho a inspeccionar el contenido de los convoyes humanitarios. Karadzic matizó que serán las milicias serbias, y no las fuerzas de la ONU, las que escoltarán esos convoyes.