Budd Boetticher: "En mi vida sólo he tenido un enemigo, Hollywood"
El cineasta rodará un western en España
Budd Boetticher fue boxeador, futbolista, vagabundo, escritor y torero antes que cineasta. Un clásico viviente del cine que, tras 25 años sin dirigir, rodará un western en España. "En mi vida sólo he tenido un enemigo, Hollywood, dice el cineasta, de 77 años, que cuando abandonó los estudios perdió "hasta el Rolls Royce". Sobre Clint Eastwood añade: "Pensar que cuando empezó dije de él que era uno de esos tipos incapaces hasta de oler su propio aliento..."
Budd Boetticher, acompañado de su quinta esposa, Mary, está en España para localizar en Sevilla los exteriores de su próxima- película: A horse for Mr. Barnum, la historia de tres vaqueros que llegan a España a buscar caballos de pura sangre. Un proyecto aparcado desde hace 20 años que, tras el éxito del western de Clint Eastwood Sin Perdón, surge del olvido. "La gente se hartó de las películas del oeste por culpa de la televisión", explica. "Todo el mundo se creía que por ser del oeste sabían lo que era un western. No tenían ni idea y complicaron las historias hasta aburrir al espectador"."Es bueno tener cierta distancia para entender un ritual como el western, o como el de los toros", añade Boetticher. "Sam Peckinpah, que como yo era de Chicago, tenía esa distancia. Peckinpah tenía un talento inmenso pero su incurable instinto autodestructivo acabó con él. Era un tipo difícil, odiaba que le dijeran que yo era su maestro. La primera vez que nos encontramos me dijo: "que quede muy claro que no he visto ninguna de sus películas. Mentía, pero le cogí cariño".
Para Boetticher Sin perdón es un western oscuro, lejos de su concepción de las películas del oeste, pero genial. "Clint Eastwood me dijo después de la ceremonia de los oscars: 'Fíjate, Budd, los franceses me han descubierto, como lo hicieron contigo". ¡Qué horror, pensar que también descubrieron a Jerry Lewis!' Los franceses son muy graciosos, viendo símbolos extraños donde sólo está la historia de unos hombres".
"La simplicidad es esencial en el western, continúa el director de Estación comanche, La ley del hampa o Cabalgan en solitario. Mis planos generales al principio de mis películas son importantes porque cuando uno ve a un hombre solo cabalgando por la praderas, entre las rocas, sentimos la enorme longitud de su camino y adivinamos que es un hombre que ha matado. Instantáneamente nos preguntamos quién es, adónde va y por qué. Y así, en pocos segundos, hemos contado la película".
Amigos y enemigos
Boetticher se ha casado cinco veces y ha vivido en México. "Viví una vez con una mexicana preciosa; fue terrible descubrir que era la dueña de todos los burdeles de México. Era como estar en la cama con Al Capone".Al cineasta le gusta recordar a sus amigos y a sus enemigos. "Un torero amigo mío me dijo una vez que lo más importante en los toros y en la vida era descubrir a tiempo quién es tu verdadero enemigo y no olvidarlo nunca. Para el torero su enemigo es el toro, para mí es Hollywood. Mis personajes también tienen un solo enemigo, al que buscarán hasta el final".
Sobre Randolph Scott, el actor que protagonizó siete de sus westems más famosos, recuerda que era un hombre que carecía del ego de los actores. "Cuando estábamos rodando Cabalgan en solitario, Randy me dijo: oye, Budd, ese chico de los calzoncillos rojos es un buen actor, dale más líneas. El chico de los calzocillos era James Coburn".
Para Boetticher, lo esencial de sus historias es que el malo sea tan atractivo, o más, que el héroe. "Si no es un tipo apasionante, qué interés tiene. El malo tiene que fascinar más que nadie, Recuerdo que cuando estaba en el ejército con Gene Kelly y Burt Kennedy, vimos El triunfo de la voluntad, de Leni Riefenstahl. Cuando terminó, impresionados gritamos ''Hey, HitIer!'. Terrible, pero eso es una película genial".
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