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Trabajos envenenados

El mundo laboral de los años noventa provoca nuevos riesgos y patologías en los trabajadores

La salud laboral de los años noventa puede ser una desagradable caja de sorpresas. El paquete incluye las desventajas que provocan los avances de la tecnología y las miserias más propias de la primera revolución industrial que de los albores del siglo XX. Desde el hormigueo en las manos, producido por mantener una mala postura frente al ordenador, pasando por la intoxicación de plaguicidas, hasta el síndrome Ardystil, así de amplio llega a ser el mundo de los riesgos del trabajo. Una cuarta parte de los accidentes laborales mortales que ocurren en la CE se producen en España, según CC OO.

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Ley en dique seco

Mes de agosto de 1991 en Madrid. Calor infernal. Un vagón de Renfe fuera de servicio al sol y sin ventilación con el exterior. Mercedes Nájera, de 30 años, entra en el habitáculo y comienza su tarea. Trabaja para una subcontrata de la compañía nacional de ferrocarriles que se encarga de limpiar los vagones. Ese verano introdujeron una nueva sustancia en las mezclas habituales. El carrosol amoniacal se unió, en el cubo de la limpieza, con la lejía, el amoniaco y el agua caliente. La estancia cerrada y el terrible calor evaporaba la mezcla que Mercedes respiraba a diario. Como resultado, Mercedes lleva 18 meses de baja. El carrosol amoniacal se dejó de usar en su empresa hace más de un año. El asma bronquial le acompañará toda la vida.Los riesgos que se corren en la utilización de nuevos productos en los procesos productivos "es un mundo", reconoce Manuel Gómez-Cano, jefe de área de nuevas teconologías del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo. "Hay algunas sustancias de un agresividad, hoy por hoy, desconocida", comenta. Muchas veces la intoxicación o el mal viene de la combinación de productos cuyos efectos, por separado, son archiconocidos; pero no el resultado de su combinación.

En el caso del síndrome Ardystil, un producto químico pudo ser el responsable de la muerte de seis trabajadores de la industria aerográfica y de las lesiones graves que sufren en las vías respiratorias otras 60 personas, según las últimas investigaciones que lleva a cabo el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo. Su directora, Concepción Serrano, explicó en el Congreso de los Diputados que todavía hay que contrastar esta hipótesis.

Multiexposición a tóxicos

La exposición grave a altas dosis de tóxicos es un fenómeno característico de los primeros años de la revolución industrial. Hoy, se trata de "la multiexposición a pequeñas dosis de tóxicos de los cuales no sabemos los efectos", dice Pere-Boix i Ferrando, médico del tr abajo. Algunas colas que se usan en la industria sumergida del calzado provocan neuropatías tóxicas, es decir, parálisis reversibles, en los trabajadores que las utilizan. Pere-Boix alerta sobre los efectos que puede tener en la salud de los trabajadores la desregulación del mercado del trabajo".Ángel Cárcoba, responsable del gabinete de salud laboral de Comisiones Obreras, llama la atención sobre la producción y el uso de plaguicidas, sobre todo en los invernaderos del sur de España. La utilización de compuestos órganofosforados para acabar con las plagas de insectos producen anualmente 500.000 envenenamientos, con una tasa de mortalidad el 1%, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Un informe del Instituto de Biología Vegetal de 1988 establecía que en 220 de los 440 plaguicidas de uso más frecuente por los agricultores españoles existen indicios de riesgo mutágeno (puede producir mutaciones en el material genético), y en 60, riesgo cancerígeno. Según un estudio de la Junta de Andalucía, en los últimos diez años se ha multiplicado por 11 el número de afectados por envenenamientos tratados en los centros de urgencia. Este informe también señala que el 37,5% de las mujeres de los fumigadores sufren interrupción del embarazo.

Fernando Yélamos, rnédico del servicio de medicina interna del hospital de Torrecárdenas (Almería), explica que en ese centro atienden a unas 140 personas al año con intoxicaciones causadas por los plaguicidas, que incluso se absorben por la piel. Y alerta sobre su efecto a largo plazo, "con alteraciones del comportamiento, depresiones, transtornos de la memoria o polineuropatías". Actualmente atienden a cerca de una treintena de personas con síntomas de polineuropatías que derivan en parálisis progresivas. "Estos insecticidas proceden de los primeros gases que se usaron en la guerra química", comenta Yélamos.

Para usarlos, el trabajador debe ir provisto de guantes, mascarilla y traje impermeable, "porque haciendo las cosas bien no tiene porqué pasar nada", dice el médico del hospital andaluz. Pero la época de la fumigación coincide con temperaturas de 50 grados en los invernaderos y pocos son los que aguantan las medidas de protección. La solución está en buscar alternativas a la fumigación manual que eviten que se termine haciendo en bañador. Ya se comercializa la fumigación a cañonazos que se manipula desde el exterior. Y en Italia se usan procedimientos biológicos, como producir avispas artificialmente que se comen las plagas.

El uso de nuevos procesos físicos (microondas, ultrasonido, ultravioleta, infrarrojos, por ejemplo) tiene el inconveniente de que, "al no haber existido un uso masivo, sólo se conocen los riesgos teóricos", comenta el especialista del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el trabajo, y añade que "se empieza a aplicar cosas y no se tiene experiencia sobre las medidas preventivas, ni se pueden tener criterios exactos de valoración".

Los ordenadores, las innovaciones tecnológicas y los nuevos sistemas de trabajo también generan problemas músculo-esqueléticos. El mantenimiento continuado de una misma postura en los trabajos en cadena y el trabajo parcelado, en el que la tarea consiste en movimientos repetitivos, pueden producir lesiones músculo-esqueléticas. Como el síndrome del túnel carpiano.

Otra de las patologías estudiadas es la del codo de tenista, "que cada vez lo sufren menos los tenistas y más los trabajadores del textil y confección", comentan. Esta dolencia surge al trabajar con los codos o brazos por encima de la cabeza. Aun así, se calcula que el 60% de las patologías osteomusculares (relacionadas con los músculos que están en contacto con los huesos) no se objetivizan y, por tanto, no se consideran. Los ordenadores pueden producir fatiga corporal, mental o visual, originada por un mal diseño del puesto de trabajo.

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