Gafas para el telescopio espacial

Tom Akers tiene 41 años y dos vuelos en el transbordador espacial norteamericano en su haber. Kathryn Thornton tiene 40 años y cuatro actividades extravehiculares (nombre técnico de los paseos espaciales) en su haber. Los dos participaron el pasado mes de mayo en el azaroso rescate y reparación de un gran satélite de comunicaciones en órbita de la Tierra. Forman parte de la tripulación que el próximo mes de diciembre intentará cambiar elementos vitales del telescopio espacial Hubble para devolverle la capacidad que le dieron sus diseñadores de ver más allá en el tiempo y en el espacio.

La NASA parece decidida a llevar adelante la misión a pesar de las grandes dificultades que plantea. Ha fijado la fecha y la duración: a principios de diciembre, con 10 días entre el lanzamiento y el aterrizaje del transbordador Endeavour, el más moderno de la flota. La tripulación se está entrenando de forma exhaustiva, sin dejar nada al azar. "Tenemos hasta 150 escenarios previstos en caso de que algo vaya mal y nos veamos. obligados a cambiar los planes sobre la marcha", declaró esta semana el más veterano de los astronautas, el aviador y cirujano Story Musgrave, de 58 años.En diciembre, dos pilotos llevarán al espacio a Musgrave y otros cuatro astronautas, que se dedicarán durante cuatro días al menos de paseos espaciales a cambiar los paneles solares del telescopio, de 12 metros de longitud cada uno, instalar un módulo corrector óptico y una nueva cámara. También intentarán cambiar el fotómetro y tres de los giroscopios que mantienen la estabilidad del gran instrumento.

Junto a Akers, Thornton y Musgrave estará otro astronauta estadounidense, Jeffrey Hoffman, de 48 años, y uno europeo, el suizo Claude Nicollier, de la misma edad, ya que en el Hubble participa la Agencia Europea del Espacio (ESA). Este último no efectuará ningún paseo espacial, sino que manejará desde la cabina del transbordador el brazo robótico que capturará el telescopio, a 610 kilómetros de altura, para que los astronautas lo puedan fijar verticalmente en un bastidor.

Luego, con ayuda del brazo, en equipos de dos, los astronautas efectuarán las reparaciones. Uno permanecerá enganchado al. brazo robótico y el otro le ayudará mientras flota en el espacio.

"Cuando capturemos el telescopio, tendrá los paneles desplegados todavía, por lo que hay que ir con mucho cuidado para no tocarlos", explicó Nicollier. La tripulación tiene orden de traerse a. la Tierra los paneles viejos para estudiarlos, pero están dispuestos a. plegarlos a mano y lanzarlos al vacío si algo falla. Una vez fijo el telescopio, el control de tierra dará orden de que enrollen los paneles alrededor de su eje. Los astronautas los sustituirán por los nuevos, que se fabrican en la empresa British Aerospace, en Bristol, donde esta semana los cinco miembros del equipo de rescate se han familiarizado con ellos.

Además de los paneles, losastronautas tendrán que instalar un módulo del tamaño de una cabina de teléfonos, el Costar, unas gafas que corregirán hasta en un 95% la visión del telescopio, ahora defectuosa por un defecto de fabricación (aberración esférica) en el espejo principal. El Costar, fabricado en Estados Unidos, tiene ocho lentes, dos para cada uno de los instrumentos restantes del telescopio. El otro instrumento principal que se va a cambiar, la cámara de gran apertura de campo, se ha fabricado ya con la incorporación de la corrección óptica.