Los hemofílicos infectados de sida reclaman al Gobierno más de 20.000 millones de indemnización
José Alonso Gómez, presidente de la Federación Española de Hemofilia, cuestionó ayer el informe difundido la pasada semana por el Sindicato Médico de Madrid sobre el contagio de sida producido a través de hemoderivados. Según la Federación Española, 1.147 hemofílicos, de un total de 2.730, resultaron contagiados; 416 de ellos han fallecido. Para Alonso Gómez se trata de una "catástrofe médica que rebasa las competencias de la Administracción sanitaria". Por ello, han pedido una entrevista con Felipe Gónzalez para exigir indemnizaciones por más de 20.000 millones de pesetas.
José Alonso eludió pronunciar se sobre si había una "culpabilidad o no de la administracción" aduciendo que eso corresponde a los jueces. Sí existe, a su juicio, "una responsabilidad objetiva". "Se trata de un problema de Estado, ya que se ha vulnerado gravemente el de recho a la protección de la salud garantizado por el artículo 43 de la Constitución", manifestó. Tras esto, el presidente de la Federación Española de Hemofilia rechazó que mantengan un "pacto de silencio con la Administración", como afirmó el Sindicato Médico de Madrid. Al contrario, José Alonso mostró su extrañeza porque esa asociación médica "no tuviera conocimiento del problema hasta ahora", dado que en 1991 los hemofílicos afectados, agrupados en la Real Fundación Victoria Eugenia, entregaron un informe al Defensor del Pueblo. Ahora, 10 años des pués de las primeras muertes, creen que ha llegado el momento de que la Administración palie el daño causado, sin llegar a los tribunales. Pese a esto, José Alonso se mostró dispuesto a plantear una demanda si Felipe González no les recibe en 48 horas, aunque reconoció que implica ría un proceso doloroso para sus asociados.
Pacto de silencio
"Es muy doloroso tener que volver a recordar lo que pasa mos para demostrar que fui mos infectados; sanitariamente tenemos todos los medios, lo único que queda es la repara ción económica", afirmó. La mentó no haber recibido aún la subvención de 500 millones aprobados este año para los gastos extras de los infectados de sida. Ya en 1991 la Federación Española evaluó en 9.500 millones el monto de las indemnizaciones, planteándose posibles acciones judiciales. Estas no se han producido, afirmó José Alonso, por "el pacto de silencio con las familias. Ha costado mucho trabajo superar la historia negra de la hemofilia y han preferido morir en silencio que verse marginados y estigmatizados de nuevo"Ahora, la Federación Española cree insuficiente aquella estimación y apoya su petición de 20.000 a 30.000 millones en tres sentencias de los dos últimos meses. Éstas, recurridas por el Insalud, fijan indemnizaciones de 25, 30 y 50 millones de pesetas, respectivamente. José Alonso, que calificó esos recursos del Insalud de "inhumanos", se apoyó también en el precedente del Reino Unido, donde se creo una fundación para hacer llegar a los hemofílicos 20.000 millones de pesetas.
"La catástrofe sanitaria más grande acaecida en la historia de la medicina española y del mundo, después de la talidomida, podría haberse evitado mediante el empleo de hemoderivados tratados con calor", según la Federación Española de Hemofília. José Alonso recordó ayer la actitud "frívola" de Ernest Lluch, ministro de Sanidad en aquel momento, así como "el total desinterés del primer Defensor del Pueblo, Joaquín Ruíz Jiménez. "Lluch nos dijo: bueno, yo también tengo sida según los periódicos", recuerda José Alonso. El ex-ministro de Sanidad declaró ayer a Antena 3 Radio que "la detección con reactivos no fue segura hasta l985".
En 1983 existía la evidencia clínica de que los hemofilicos era un colectivo afectados por una patología, el sida, "que podía estar causada por un virus. Aunque hasta 1984 no se tuvo esa certeza, explicó el doctor Moreno, vicepresidente de la Federación. Pero en 1983, EE UU y la Organización ,Mundial de la Salud (OMS) "incipientemente comenzaron a recomendar suma prudencia, casi abstención en los tratamientos con concentrados e inactivar el virus por calor", señala Alonso.El criterio fue seguido en dos hospitales: La Paz, de Madrid, y Valle Hebrón, de Barcelona. En octubre de ese año, Sanidad convocó una reunión de hematólogos, pero, ante la disparidad de criterios -los concentrados tratados con calor podían tener importantes efectos secundarios- se dejó en libertad a cada centro. En 1985, al comercializarse los primeros reactivos para detectar el VIH, España instó a los laboratorios de hemoderivados a comprobar todo el plasma.El índice de infectados en España es similar a EE UU, Canadá y Alemania, países con compras de plasma al Tercer Mundo y población margina, y más bajo que Reino Unido y Francia, que se autoabastecen de plasma.
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