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CIENCIA

El virus del sida se disfraza de célula y así burla el sistema defensivo, según recientes estudios

El VIH, virus responsable del sida, está demostrando una perversidad casi humana. Ataca por las vías más íntimas del individuo. Es capaz de permanecer agazapado hasta 10 años en un cuerpo sano antes de manifestarse a traición. Y ahora recientes investigaciones, publicadas el pasado diciembre y este mes, han revelado que se disfraza de célula; que incorpora en su membrana moléculas celulares con las que burla el sistema defensivo del organismo y, además, lo puede dirigir contra sus propias víctimas, los linfocitos.

Si un policía fuera en busca de un asesino que luce una flor en el ojal y se encontrara 20 personas con el mismo adorno, probablemente detendría a todas como medida preventiva. Así es como parece que se comporta el virus del sida en el modelo descrito por el investigador francés Daniel Zagury: como un asesino que comparte componentes con células del organismo, frente a un sistema defensivo incapaz de distinguir entre unos y otras y que por tanto carga indiscriminadamente contra todas.La primera evidencia se publicó en la revista Science del pasado mes de diciembre, y la segunda es un trabajo del polémico investigador Zagury aparecido este mes en la revista Proceedings, de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos. "Estas investigaciones vienen a decir que el virus se las ingenia para disfrazarse, pasar desapercibido y además dirigir mal la respuesta inmunológica", indica Esteban Domingo, virólogo del Centro de Biología Molecular.

Pequeño número

Desde que se identificó el virus del sida, en 1983, los biólogos moleculares han ido avanzando en su conocimiento y su modo de infectar. Ya se sabía que, junto a su famosa glicoproteína de cubierta gp-120, antígeno responsable del anclaje con el linfocito T4 (elemento vital del sistema inmunológico) al que destruye, existía tina cantidad pequeña de moléculas similares a las de una célula. Pero precisamente por su supuesto pequeño número no se valoró su papel.El estudio del Instituto Nacional del Cáncer de EE IUU, aparecido en la prestigiosa publicación científica Science, demuestra que cada virus tiene en su cubierta 216 moléculas de gp-120, pero también. 600 moléculas de HLA y 375 de beta 2 microglobulina, las dos últimas de carácter celular y comunes con otras células del cuerpo. Esto significa, como explica el virólogo español Rafael Nájera, "que en el virus del sida existen cinco veces más elementos celulares que de antígeno viral en superficie".

Anticuerpos

La aportación de Zagury, en la misma línea, es la identificación en el VIH de otra molécula celular, un pentapéptido denominado SLWDQ, que está también en los linfocitos y parece implicado en los procesos de rechazo de órganos trasplantados. Según su hipótesis, los, anticuerpos defensivos del organismo serían incapaces de distinguir entonces entre el virus y el linfocito, paralizándolo, lo que deja el campo libre a otras células para fabricar una sustancia, el interferón alfa, que echa abajo el sistema inmunológico del individuo.Las consecuencias de esta nueva morfología están aún por desarrollar. La primera. podría ser un replanteamiento de cómo entra en contacto el virus con los linfocitos. "Parece ser que, en lugar de una unión directa entre la gp-120 y el linfocito, se forma un pegote de adhesión en el que intervienen estas moléculas celulares", dice Nájera.

Y la segunda sería la explicación de por qué en el sida existe una destrucción celular mayor de la que cabría esperar por el solo ataque del virus a la célula.

En opinión de Nájera, el hecho de que los anticuerpos frente al virus sean capaces de destruir también las células confirmaría la tesis mantenida desde un principio sobre que el sida es una enfermedad autoinmune. Es decir, que el propio sistema defensivo del organismo se vuelve contra él, amplificando la acción asesina directa del virus.

Domingo cree que estos descubrimientos pueden ayudar a comprender la patogénesis del virus del sida, "a conocer los motivos por los cuales produce enfermedad a través de una tremenda desregularización del sistema inmunológico".

La siguiente cuestión es averiguar si el camuflaje del virus del sida dificulta el desarrollo de antídotos. "En algunos casos sí, porque se estaría atacando también a la célula. Pero otras estrategias, como los fármacos actuales, en principio no se dejan influir por ese disfraz, ya que atacan al material genético del virus, que es independiente de cómo se disfrace", explica Domingo.

Zagury también ha encontrado un elemento positivo en su pentapéptido recién descrito, y es que, al parecer, es común en todas las cepas del virus, lo que a su juicio podría tenerse en cuenta para el desarrollo de una vacuna eficaz contra todas.

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