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El Banco de España descarta rotundamente una bajada de tipos de interés para salir de la crisis

Victoria Carvajal

El gobernador del Banco de España, Luis Ángel Rojo, dejó ayer clara su oposición a aplicar una política expansiva para salir de la crisis actual, contrariamente a lo que han venido defendiendo estos días algunos partidos de la oposición, sindicatos e incluso la patronal CEOE. "Hay siempre la tentación de ceder al espejismo de la huida hacia adelante", dijo el gobernador ante la Comisión de Economía y Hacienda del Congreso de los Diputados, "y quiero expresar aquí la convicción unánime del consejo del Banco de España de que una reducción de tipos de interés en las condiciones actuales alentaría muy poco la producción y el empleo en el corto plazo, contribuiría a reforzar la inercia de los costes salariales y su traslación a los precios y obstaculizaría la mejora de la inflación y la competitividad".Rojo advirtió que una bajada de tipos de interés provocaría una depreciación adicional de la peseta que forzaría su salida del Sistema Monetario Europeo (SME). El gobernador concluyó que el resultado de esta política expansiva en el medio plazo, "cuando la economía mundial empiece a recuperarse", obligaría a España, dijo, "a adoptar políticas muy restrictivas que nos impedirán participar de esa recuperación".

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No seguir ejemplos

El responsable de la política monetaria cree que no se debe tomar ejemplo de las experiencias del Reino Unido e Italia, que, una vez fuera del mecanismo de cambios europeo, han decidido bajar sustancialmente sus tipos para relanzar la economía. "Estos países parten de unas condiciones absolutamente distintas a las nuestras. Los costes laborales unitarios han caído fuertemente en el Reino Unido e Italia entre 1991 y 1992. Este año crecerán un 1% y un 3%, respectivamente, mientras que en España se espera un aumento del 6%".

Es precisamente este fuerte aumento de los costes laborales el que ha minado la competitividad de la economía española en los últimos años, opina el gobernador. A su juicio, esta variable no ha sido sensible a la debilidad de la economía y es responsable del fuerte ritmo de destrucción de empleo. Rojo insistió en que no es su intención "satanizar a los sindicatos" como únicos responsables de estos incrementos poco acordes con el momento recesivo de la economía, pero insistió en que el control y la moderación de los salarlos, junto a una política presupuestaria rigurosa, son elementos clave para corregir la inflación y los desequilibrios básicos.

En este sentido, abogó por una profunda reforma del mercado laboral que abarate los despidos para acercarlos a la media europea, y pidió una mayor desregularización de algunos servicios, cuyos costes restan competitividad a las empresas más expuestas a la competencia.

En su análisis de la delicada situación de la economía española, Rojo hizo especial hincapié en la debilidad que muestra la peseta en la actualidad. El gobernador reconoció estar muy preocupado por los ataques que sufre la moneda española. "En tan sólo dos días la situación ha dado tal vuelco que nos hemos visto forzados a gastar nuestras reservas y subir los tipos en el interbancario para encarecer la especulación contra la peseta", explicó.

Rojo aseguró que no hay razones fundamentales que expliquen "ese cambio súbito de la especulación contra la peseta". "Yo no las sé, ni tampoco otros gobernadores de bancos centrales", añadió, "y espero que se recupere pronto la calma".

Impuestos a la especulación

Para dar idea del clima de nerviosismo que viven las autoridades monetarias europeas, Rojo dijo que "hay una cierta tendencia a creer que existen conspiraciones para echar a una divisa del SME o acabar directamente con él".

El gobernador tampoco quiso "satanizar a los especuladores", pero destacó que la posibilidad de aplicar impuestos a los movimientos de capitales a corto plazo en el ámbito internacional, para frenar así la especulación, es una medida que estudian algunas autoridades monetarias.

Tras la intervención de Rojo, el presidente del PP, José María Aznar, declaraba en rueda de prensa, también en el Congreso de los Diputados, que la situación actual de la peseta no complace "a quienes durante mucho tiempo hemos venido diciendo que mantener un tipo de cambio artificialmente alto era un suicidio para la economía española", informa Europa Press. A raíz de la primera devaluación de la peseta -en septiembre de 1992-, Aznar manifestó que no le temblaría la mano para sacar la moneda española del SME si ello fuera preciso para impulsar el crecimiento económico. Esta postura ha sido recientemente criticada por el ministro de Economía, Carlos Solchaga, quien dijo que declaraciones de este tipo contribuyen a aumentar la inestabilidad en los mercados.

La peseta logró recuperar ayer parte de la fortaleza perdida estos días. Una fuerte intervención del Banco de España al inicio de la tarde devolvió a la divisa española hasta las 71,65 pesetas por marco, lejos de las 73 pesetas a las que llegó a caer el lunes y cómodamente por encima de su cambio central de 72,79. Rojo no detalló la cantidad de reservas de divisas que el banco emisor ha gastado en sus recientes intervenciones. Fuentes del mercado las cifran en más de 700.000 millones de pesetas.

Las presiones especulativas no se concentraron ayer tan sólo sobre la peseta. Tanto la lira italiana, contaminada por la profunda crisis política que vive el país, como la libra esterlina, cuya economía no termina de salir de la recesión, tocaron sendos mínimos históricos frente al marco alemán. El escudo también se ha debilitado por las presiones que sufre la peseta y ha necesitado el apoyo del Banco de Portugal.

Pero lo más destacable fue el nuevo ataque que sufrió el franco francés, que se depreció hasta los 3,39 francos por marco, muy cerca de los 3,40 de su límite de depreciación. La proximidad de las elecciones francesas contribuye a aumentar la incertidumbre en los mercados. Ningún operador del mercado duda de que, si se renuevan los ataques contra el franco, la peseta actuará de moneda escudo y se verá condenada a una nueva devaluación.

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