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Los partidos italianos imponen a Amiato, un minirreajuste que respeta sus "cuotas" de gobierno

El único ministro que queda con un sumario abierto, el socialista Carmelo Conte, permanece en su puesto; Beniamino Andreatta, un hombre de plena confianza del secretario democristiano, Mino Martinazzoli, emergecomo el nuevo hombre fuerte del equipo económico, y Giuseppe Guarino, bastión de cuantos -democristianos o socialistas- se oponen a la privatización de las empresas públicas, base del poder económico de los partidos italianos, sigue siendo ministro de Industria porque lo decide él mismo. Tales son las novedades del "minirreajuste" -según lo definen los medios de comunicación italianos del Gobierno de Giuliano Amato, y las señales de hasita qué punto ha sido totalmente dirigido por los partidos políticos.

El socialista Amato habría querido proceder con autonomía en la resolución de la crisis planteada por las dimisiones que los ministros de Sanidad y Finanzas, afectados ambos por diligencias relacionadas con investigaciones sobre la corrupción política, presentaron el pasado viernes.Prueba de ello es el procedimiento, inédito hasta ahora en Italia, elegido por Amato para la realización del cambio: los 24 ministros y subsecretarios del Gabinete debían presentar la dimisión; Amato anunciaría entonces ceses, traslados y confirmaciones, para desplazarse, acto seguido, a la Presidencia de la República, donde el jefe del Estado, Oscar Luigi Scalfaro, aprobaría los nombramientos y firmaría los decretos correspondientes.

Se trata de una pura cuestión formal, que adquiere importancia cuando un presidente del Consejo -que en la Constitución italiana es apenas un primus inter pares, mucho menos que un primer ministro- investido de renovador pretende rescatar el Gobierno de las manos de una partitocracia desprestigiada y ponerlo bajo la protección directa del jefe del Estado.

Cambio de planes

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El ministro de Industria, Giuseppe Guarino, objetó que el procedimiento era anticonstitucional y, negándose a dimitir, obligó a Amato a cambiar sus planes.

Guarino, napolitano, de 72 años, economista de influencia democristiana que fue ministro de Amintore Fanfani y luego se ligó a Giulio Andreotti, se opone desde hace meses al plan de privatizaciones que propugnan Amato y su ministro del Tesoro, Piero Barucci.

El primer ministro italiano quería aprovechar la coyuntura creada por las dos dimisiones del viernes para resolver al menos esa contradicción de fondo que paraliza al Gabinete. Pero Guarino hizo valer los sólidos apoyos que tiene en los dos partidos mayoritarios del Gobierno y logró que el Consejo de Ministros convocado para el reajuste comenzara cuatro horas después de lo previsto.

Finalmente, Amato tuvo que conformarse con rescatar las competencias de Guarino sobre las privatizaciones para un nuevo ministerio dedicado específicamente a ese tema, que ha sido encomendado a Paolo Baratta, un técnico. Sin embargo, no parece seguro que el Ministerio de Industria haya perdido completamente la capacidad de poner trabas a la tramitación de las privatizaciones.

En contra de los designios de Guarino juega la designación de Beniamino Andreatta como ministro de Presupuestos, ya que este profesor afin a la izquierda democristiana, ex asesor de Aldo Moro y ex ministro de Presupuestos en el primer Gobierne, de Francesco Cossiga, en 1979, es un hombre partidario de privatizar y de una dura disciplina financiera, como Barucci.

Pero la designación de Andreatta, llamado a prevalecer sobre el técnico Barucci en la dirección del equipo económico, indica asimismo hasta qué punto el secretario democristiano, Mino Martinazzoli, al que está muy ligado el nuevo ministro económico, ha condicionado un reajuste que sólo ha aceptado tras demostrarse la imposibilidad de la entrada de los ex comunistas y republicanos en el Gabinete.

Por lo demás, el socialista Franco Reviglio pasa de Presupuestos a Finanzas, en sustitución del democristiano Giovanni Goria, uno de los dimisionarios, y el liberal Raffaele Costa sustituye en Sanidad al también liberal y dimisionario Francesco de Lorenzo. Otro liberal, Glanfranco Cianurro, sustituye a Costa en el Ministerio de Políticas Comunitarias.

El respeto a las cuotas ministeriales de los partidos ha sido, pues, riguroso, salvo por el hecho de que Carlo Ripa di Meana se quede en el Ministerio del Ambiente, a pesar de que ha dejado el Partido Socialista Italiano (PSI). Los liberales habían amenazado con retirarse del Gobierno si De Lorenzo era sustituido por un técnico. El nuevo Gabinete estudiará el problema de cuatro subsecretarios que, como el ministro Conte, están sujetos a diligencias judiciales.

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