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El presidente bosnio anuncia un alto el fuego unilateral

El presidente de Bosnia-Herzegovina, Alia Izetbegovic, anunció ayer un alto el fuego unilateral de sus tropas, al tiempo que pedía a las autoridades municipales de Sarajevo el levantamiento del boicot al abastecimiento de ayuda humanitaria a la ciudad. Izetbegovic aseguró, como "contribución al proceso de paz" que las tropas bosnias sólo usarían sus armas en caso de ser atacadas. Mientras, en Washington, el presidente Bill Clinton anunció ayer que estaba estudiando la posibilidad de que tropas de su país suministren por vía aérea ayuda humanitaria a los civiles en el este de Bosnia.

El boicot de la ayuda humanitaria internacional a Sarajevo fue decretado el pasado día 11, en solidaridad con la población asediada en Bosnia oriental, que no recibe la ayuda internacional, bloqueada por los serbios, desde varias semanas, e incluso meses ,en algunos casos. Kemal Muftic, consejero del presidente, indicó que la decisión de pedir el fin del boicot se tomó después de una reunión con los representantes de las ciudades del este de Bosnia, en la que éstos se manifestaron a favor de que vuelvan a distribuirse alimentos y medicinas en Sarajevo.Los rebeldes serbios, sin embargo, siguieron impidiendo ayer el paso a dos convoyes de las Naciones Unidas con ayuda humanitaria para la población musulmana sitiada en Bosnia oriental. El éxito o el fracaso de estos convoyes puede ser una prueba definitiva para el futuro de las operaciones humanitarias de la ONU en Bosnia, después de que Butros Gali, secretario general de la organización internacional, ordenara el viernes su reanudación. Estas operaciones habían sido suspendidas por Sadako Ogata, responsable del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), hasta que los convoyes tuvieran garantías de paso.

En el aeropuerto de Sarajevo se encuentran desde hace días 23 camiones cargados con víveres que, según Muftic, anoche mismo u hoy a más tardar, comenzarían a descargarse y a distribuirse entre la población. En total hay unas 1.000 toneladas de ayuda en el aeropuerto por distribuir. Otras 1.000 toneladas están almacenadas en la ciudad a la espera del fin del boicot.

Gorazde y Zepa

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Siguiendo las órdenes de Ogata, el ACNUR hizo retroceder a un convoy que se dirigía a Bosnia oriental, pero otro de 10 camiones permaneció en la zona, a 15 kilómetros de su destino final en Gorazde, donde fue dividido en dos partes: siete camiones siguen tratando de entrar en Gorazde y tres se desviaron hacia Zepa.

Ninguno ha alcanzado su destino.

Una excavadora de las fuerzas de Naciones Unidas en Bosnia (Unprofor), enviada desde Sarajevo hacia Ragatica para sanear un cráter provocado por la explosión de granadas y que impedía el paso del convoy a Gorazde, fue alcanzada por una mina cuando trataba de rellenar el agujero. No hubo heridos graves pero "obviamente el agujero es ahora más grande", dijo el portavoz de la Unprofor, comandante Barry Frewer.

El comandante serbio Rajko Hurtic, a su vez, no permite el paso del convoy hacia Zepa, según la información del ACNUR en Sarajevo. Hurtic insiste: "Cuando los musulmanes dejen de combatir y depositen sus armas, podrán darles de comer". Sin embargo, Slavisa Rakovic, jefe de gabinete del líder serbio en Bosnia, Radovan Karadzic, aseguró a EL PAÍS: "Dimos órdenes a nuestra gente para que dejaran pasar los convoyes a Gorazde y Zepa".

El contraste entre las declaraciones oficiales de los serbios de Bosnia y la realidad refleja los diferentes puntos de vista respecto de este polémico problema. Por ejemplo, Todor Dutina, viceministro de Exteriores del Gobierno de Karadzic, explicó a este diario que la ayuda sería entregada sólo si hay reciprocidad, es decir "si tenemos la confirmación de que los serbios en las ciudades musulmanas tienen acceso a ella".

Lyndall Sachs, la portavoz del ACNUR en Belgrado, rehusó pronosticar cuántos días más permanecerán bloqueados los convoyes en Bosnia oriental. Las oficinas de su organización en Belgrado no preparan nuevos envíos de ayuda antes de recibir las instrucciones correspondientes de Sadako Ogata. Belgrado organiza los convoyes para toda la Bosnia oriental.

Por otra parte, el presidente Izetbegovic condiciona su regreso a la mesa de negociaciones en Nueva York a la llegada de la ayuda humanitaria a las ciudades de Bosnia oriental. "No basta que llegue un camión de ayuda para que todo esté bien", precisa su consejero Muftic.

Mientras sigue bloqueada la ayuda humanitaria, los combates prosiguen en la región de Bratunac (Bosnia oriental) y Doboj (Bosnia del norte). En Croacia, cuatro soldados serbios murieron en la lucha por Zemunik Gornji, en Krajina, intentando recuperar el pueblo, capturado por el Ejército croata durante su pasada ofensiva. Pero las líneas del frente no han cambiado.

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