Muchas farmacias de Madrid cobran precios más altos de los permitidos

Todos los fármacos llevan desde el pasado 1 de enero una reducción en el impuesto sobre el valor añadido (IVA) del 3% en vez del 6%, que era lo que se cobraba antes. Sin embargo, en decenas de establecimientos madrileños se infringe la ley. Alguno alega que lo hace por "descuido", y otros, por principios. Dicen que pagaron a los proveedores el 6% y que si no cobran eso al particular, el Estado nunca devolverá el otro 3%. El Colegio de Farmacéuticos reconoce que no puede hacer nada contra los infractores, y ellos, mientras tanto, sólo aplican las reducciones cuando el cliente lo pide.

El propio presidente del Colegio de Farmacéuticos, Pedro Gómez de Agüero, reconoce que si la Seguridad Social, tal como prometió, abona a los colegiados la diferencia del 3%, muchos farmacéuticos habrán ingresado indebidamente un dinero en metálico, producto de las estafas a sus clientes.A partir del próximo día 16 de febrero, todos los medicamentos deberán salir del laboratorio con el descuento del 3% en el etiquetaje. Pero mientras tanto, y aun después de esa fecha, en los estantes de las farmacias habrá muchos fármacos en cuyo envoltorio sólo se verá el precio que tenían cuando el proveedor lo vendió al dueño de la farmacia. De la buena voluntad del farmacéutico dependerá que el cliente los pague con un recargo del 3% o del ilegal y desfasado 6%.Este periódico compró ayer en 10 establecimientos medicamentos de bajo precio. En la farmacia de Claudio Coello esquina a María de Molina cobraron 350 pesetas por una caja de aspirinas efervescentes. En la caja aparecía que el precio debería ser 320 pesetas. "A mí me han cobrado el 6% al comprarlo y yo lo vendo a ese precio, porque si no, la Seguridad Social no me devuelve el dinero después", argüía la farmacéutica. "Además, sepa usted que los productos que no subvenciona la Seguridad Social no llevan ese descuento del 3%". No es cierto. El Colegio de Farmacéuticos advierte que todos los medicamentos llevan esa reducción en el IVA. Para ello envió a las 2.500 farmacias de la Comunidad de Madrid una tabla en la que constan todos los antiguos y nuevos precios una vez aplicado el 3%.Más casos

En Serrano, 76, el empleado cobró 1.511 pesetas por unos comprimidos. Sólo al exigir el descuento miró la tabla y devolvió 37 pesetas. "Disculpe, es que no consta en la caja el nuevo precio", dijo. Era cierto. Muchos fármacos no traen el nuevo precio porque se encuentran en el almacén desde hace varios meses, pero por ello el colegio sostiene que envió a todos los farmacéuticos las tablas de conversión.

En la calle de Salustiano Olózaga, 18, al lado de la Puerta de Alcalá, cobraron 354 pesetas por una caja de Couldina, pero al exigir el cliente la reducción no tuvieron inconveniente en devolverle 10 pesetas.Por un Frenadol pedían en Princesa, 16,335 pesetas; el precio, ya actualizado, que aparecía en la caja. Las couldinas, sin embargo, no tenían el nuevo precio y cobraron por ellas lo que aparecía en el envoltorio: 354 pesetas. Al solicitar el descuento miraron la tabla y devolvieron las 11 pesetas.

En Princesa, 72, también cobraron 354 por una caja de Couldina, pero se negaron a aplicar la reducción alegando que aún no se aplicaba en esos medicamentos.

-Creo que desde enero debe aplicarse en todos -dijo el periodista, sin identificarse como tal.

En ese momento, otra dependienta intervino y dijo que tenía otra caja de Couldina donde sí aparecía con el 3% de IVA. Redujeron 15 pesetas.

En farmacias donde sólo tenían cajas con el precio antiguo, las empleadas actuaron legalmente, sin que el cliente lo pidiera. Miraron la tabla y descontaron. Eso sólo ocurrió en dos casos: uno en la calle de la Salud, junto a la Gran Vía, y otro en Isaac Peral, 38.

El dueño de la farmacia de Alcalá, 85, sostenía que el precio legal era el de 354 pesetas, el que aparecía en la caja de Couldina. Se quedó con 10 pesetas.

Las infracciones no sólo afectan a las calles céntricas. Este periódico ha obtenido los testimonios de consumidores que denunciaron casos parecidos en el municipio de Pozuelo y en el distrito de Aluche. El presidente del Colegio de Farmaceúticos, Pedro Gómez de Agüero, al planteársele casos parecidos, contestó: "No soy Dios. En Madrid hay muchísimas farmacias y no podemos controlarlas todas. Hemos mandado las tablas, y si tenemos constancia de que alguien no las aplica, nos personaremos allí para apercibirles".

Agüero agregó que la aplicación de la nueva tarifa supone una incomodidad para los farmacéuticos, porque a veces la clientela se acumula ante el mostrador y se encuentra poco tiempo para mirar los nuevos precios. Dijo también que muchos empresarios desconfían de que la Seguridad Social les vaya a devolver la diferencia.