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Especialistas debaten en Madrid si la sociedad está dejando de leer

"Los lectores no nacen: se hacen". Esta podría ser la frase de partida del seminario sobre La sociedad lectora, que se desarrollará hasta el viernes en Madrid, organizado por el Ministerio de Cultura y el Círculo de Lectores, y en el que diversos especialistas intentarán averiguar si es cierto que la sociedad está dejando de leer, por qué, y cómo evitarlo. "Apostamos por el libro", dijo el ministro de Cultura, Jordi Solé Tura, ante una audiencia entre la que se encontraba el presidente de la Federación de Asociaciones de Editores, Fermín Vargas, y el editor Francisco Pérez González, consejero de PRISA, entre otros. Esa apuesta por el libro, explicó Solé Tura, parte de que el libro fue el gran instrumento de la Ilustración. "Lo consideramos un instrumento indispensable en la transmisión y gestación de nuestra identidad colectiva. La sociedad lectora", recordó, "no se limita a España, pues formamos parte de un idioma en expansión".Previamente hablaron Armand Mattelart, profesor de Comunicación en la Universidad de París, y Hans Meinke, director del Círculo de Lectores y quien propuso que los lectores no nacen sino que se hacen, como demuestra la actividad de los clubes de lectores. Meinke recordó el discurso de Octavio Paz en la última feria de Francfort, según el cual a medida que la educación se extiende se da la paradoja de que decrece el interés de las masas por la lectura. Meinke ofreció datos que demuestran que, al menos en Alemania, ha descendido el tiempo dedicado por los adultos a la lectura, un problema que, según dijo, sólo se puede combatir en la raíz: la escuela y la familia.

Homogeneización

El belga Armand Mattelart enmarcó históricamente el conflicto de la homogeneización cultural. Fue el inglés H. G. Wells, en un libro de 1897, Anticipaciones, el primero en hablar de ella. Para Wells las fuerzas que trabajaban ya por entonces en contra de los poderes locales y en favor de grandes corrientes transnacionales, como el pangermanismo o el panamericanismo, terminarían, hacia el año 2000, con la victoria de la lengua francesa. Luego, Solé Tura desmintió que sea el francés el idioma con alguna posibilidad hegemónica, como en cambio la tiene el español.En una densa exposición de casi dos horas, Mattelart puso en cuestión la idea neoliberal -"un nuevo populismo", lo llamó-, de que la simple libertad del lector para elegir sus lecturas garantice la democracia cultural. Es algo mucho más complejo.

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