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La Legión escolta un convoy hasta Sarajevo

Las tropas españolas desplegadas en Bosnia entraron ayer por primera vez en Sarajevo como escolta de un convoy de ayuda humanitaria para los habitantes de la ciudad asediada. La nueva misión supone un salto cualitativo en la implicación del contingente español en el conflicto, ya que, a partir de ahora, acariciarán diariamente la línea del frente. Veinte hombres, a bordo de cinco vehículos blindados, recorrieron sin dificultad los últimos 29 kilómetros desde territorio en poder de croatas y musulmanes hasta Sarajevo.

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Una extensa niebla y algunas detonaciones lejanas dieron la bienvenida al convoy en la capital bosnia, cuya tranquilidad fue desapareciendo progresivamente durante la tarde.El convoy estaba dividido en dos grupos de 9 y 15 camiones protegidos por delante y por detrás por los blindados españoles, que asumieron la custodia a partir de Kiseljak. Las instrucciones de las misiones de escolta indican que, en caso de ataque con artillería o de francotiradores, la caravana debe detenerse inmediatamente para que los conductores de los camiones puedan refugiarse en los blindados.

Ayer no hubo necesidad de ello. Una teniente holandesa, a bordo de un todoterreno, abría el convoy y pudo acordar con las autoridades de los distintos bandos el paso por los controles. Tras cruzar el barrio Ilidza, en poder de las fuerzas serbias, que se consideraba una etapa problemática, el convoy se adentró en las calles de Sarajevo.

"Hemos tardado una hora y media cuando los convoyes que salen de Kiseljak suelen demorar más de tres horas hasta alcanzar Sarajevo. Estamos agradablemente sorprendidos por la facilidad con que hemos cruzado los controles serbios", decía a su llegada el comandante Javier Varela, quien dos días antes había participado en la misión de reconocimiento llevada a cabo por las tropas españolas.

El responsable de la misión de escolta era el teniente del tercer tercio de la Legion (Fuerteventura), Juan Carlos Valverde, que entraba por primera vez en su vida en Sarajevo. "Está todo muy tranquilo", fueron sus primeras palabras. El convoy estaba compuesto por 24 camiones del batallón de transporte holandés de las fuerzas de protección de las Naciones Unidas (Unprofor), cargados de leña y carbón, productos indispensables para una población que apenas puede combatir el frío. "En Sarajevo el problema fundamental es la energía. No podemos traer petróleo porque los serbios nos lo impiden, ya que saben que una parte del carburante se desvía para fines militares. Por esta razón hemos optado por la leña y el carbón", explicó el comandante Varela.

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Distribución

Los camiones se descargaron con inusitada rapidez en el almacén central de distribución del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para Refugiados (ACNUR) de Sarajevo. Aquí termina la misión de los soldados españoles, que media hora después emprendían viaje de regreso a la base de Kiseljak. Es a partir de este almacén donde empiezan los problemas. En principio, la distribución de la ayuda corre a cargo del ACNUR, que la entrega a las organizaciones humanitarias de Sarajevo o a los responsables locales de los distintos barrios.

A partir de ahora las tropas españolas realizarán cada día, excepto los domingos, una labor de escolta de convoyes con ayuda humanitaria hasta la capital bosnia.

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