"Con Sadam no descarto nada"

Lo más sorprendente de la entrevista fue el tono de Clinton sobre Irak, desapasionado y casi lacónico dentro de su seguridad en sí mismo. Sin bravatas ni aparente ansiedad, el presidente electo advirtió a Sadam. en repetidas ocasiones que no le ponga a prueba ni le infravalore. Pero parecía igualmente a gusto señalando al presidente iraquí que podría tener una nueva relación con su Administración si cumple con la ONU. Clinton ha apoyado la política del presidente George Bush respecto a Irak desde las elecciones, pero sus afirmaciones se desmarcan de la postura de Bush que, cree que Sadam debe irse.. Durante la entrevista, que estuvo dedicada fundamentalmente a la política exterior, el presidente electo también hizo las siguientes afirmaciones:- Apoyó las conversaciones de paz que tienen lugar en Ginebra entre las facciones rivales en guerra en Bosnia-Herzegovina, pero afirmó que si no conducían a terminar con la limpieza étnica, que enfatizó en duros términos-debe acabar, entonces se prepararía para ser más agresivo que la Administración. Bush, incluyendo posiblemente presiones para que hubiera juicios por crímenes de guerra para los líderes serbios o para las acciones militares.

- Dado que nunca creyó la inicial afirmación de la Administración Bush en el sentido de que las fuerzas de EE UU saldrían de Somalia el 20 de enero próximo, Clinton sigue comprometido con la operación de Somalia incluso si requiere una presencia militar continuada.

- Debido a unas proyecciones de déficit recientemente revisadas, indicó su intención de dar marcha atrás en su promesa electoral, tan a menudo repetida en la campaña, de recortar los impuestos a las familias de clase media con ingresos de 80.000 dólares o menores.

- Desaprobó la decisión del designado Secretario de Comercio, -Ron Brown, de la que ya se ha retractado, de aceptar una espléndida fiesta en su honor patrocinada por empresas.

Reforma de los 'lobbies'- Tratará de ganarse a los que apoyaron a Ross Perot para que vuelvan al juego democrático apresurándose en proponer una nueva legislación sobre la reforma de la financiación electoral y la reforma de los lobbies.

Sentado en el cuarto de estar de la residencia del Gobernador, en la que los pasillos esta ban llenos de bultos. de mudan za, Clinton afirmó que si el dirigente iraquí estuviera a su lado esto es lo que quisiera decirle:

"Si quiere una relación diferente conmigo puede empezar por cumplir las exigencias de la ONU y por cambiar su comportamiento. No estoy obsesionado con el hombre, pero sí lo estoy por las reglas de comportamiento que encierran esos acuerdos de la ONU, y si estuviera al acecho, le exhortaría para que cambiara de actitud".

"Si él hubiera pasado la mitad, puede que incluso sólo la tercera parte, del tiempo que se ha preocupado por la posición de los misiles SAM ocupado en el bienestar de su pueblo, creo que sería un líder más fuerte y estaría en mejor forma a largo plazo."

Clínton dejó claro que desde luego no veía a Sadam como el gobernante ideal de Irak pero que tampoco le veía como un adversario irremediable de Estados Unidos que tuviera que ser destruido a cualquier precio.

"Ciertamente basándonos en las pruebas que tenemos, el pueblo de Irak estaría mejor si tuviera otro gobernante", afirmó. "Pero mi trabajo no consiste en elegirles a ellos gobernantes. Si quiere una relación distinta con Estados Unidos y la ONU todo lo que tiene que hacer es cambiar su actitud."

Clinton hizo hincapié en que él no descartaría ningún tipo de relación entre él y el dirigente iraquí porque -"la cuestión aquí no es de personalidades, excepto en lo que respecta a actitudes.

Indicó que Sadam cometería un gran error si viera al nuevo presidente como un ingenuo en política exterior a quien se puede embaucar porque para Clinton el asunto no es la experiencia sino su lugar en la historia.

Lo que está en cuestión en el golfo Pérsico, afirmó, no es simplemente la relación Irak Estados Unidos sino algo mucho más importante: la credibilidad de la ONU en el mundo de después de la guerra fría. Clinton señaló que no tenía ninguna intención de ser señalado como el responsable de minar esa credibilidad derrocando al líder iraquí antes de que cumpla todas las demandas de la ONU.

"Lo más importante es que no podemos hacer nada para darle a él ni a nadie la más ligera indicación de que estemos vacilando", afirmó.

"Si yo supiera qué es lo que le motiva... ¿Está provocando a Bush hasta el final? ¿Está tratando de probarme? ¿Es que no entiende al pueblo americano? Simplemente, no lo sé. Y como no lo sé, todo lo que puedo hacer es funcionar don los que puedo, es decir, su conducta. No descarto nada, sólo decir que no tengo intención alguna de ver a nuestro país alejarse de la adhesión a los principios".

En cuanto a Somalia, Clinton dijo sentirse igualmente cómodo con la decisión de la Administración Bush de intervenir también allí. "El verdadero problema de Somalia", señaló, "es que nunca compartí el optimismo del Gobierno sobre la posibilidad de finalizar las operaciones militares antes del 20 de enero. Sencillamente, no me lo creía".

Fuerza de pacificación

Preguntado sobre cuánto tiempo pensaba que las tropas de EE UU iban a permanecer en ese país, indicó: "No lo sé, pero creo que estarán todavía unas cuantas semanas más. Creo que lo que debemos organizar es una fuerza de pacificación, multinacional y más reducida, en que desempeñemos un papel de apoyo, incluso en el mar. Creo que se puede cumplir la misión en sus aspectos principales pero, al principio se trataba de algo más complicado de lo que puede sugerir esta respuesta hoy".