Ángela Molina, Juanjo Puigcorbé y Ariadna Gil ruedan un filme sobre un crimen real
'Mal de amores', dirigida por Carles Balagué, tiene un presupuesto de 145 millones
Carles Balagué empezó a rumiar Mal de amores en diciembre de 1987. En esa fecha, en Barcelona, una mujer mató a otra echándole ácido fluorhídrico a la cara, inducida, al parecer, por su compañero sentimental, que quería vengarse así de su ex novia. Balagué, abogado de profesión, siguió el caso por la prensa y decidió basarse en esta historia para hacer una película sobre las dependencias emocionales, las pasiones y el crimen. Las coincidencias entre el cine y la realidad se limitan a la existencia de un triángulo amoroso y al arma del crimen; el resto, asegura el director, es pura ficción. Angela Molina, Juanjo Puigcorbé y Ariadna Gil interpretan a los protaconistas del triángulo.
El rodaje de Mal de amores se inició a principios de noviembre y acaba de finalizar. Un hotel de congresos, la plaza Real, el Barrio Chino y un juzgado de guardia son algunos de los espacios barceloneses que sirven de escenario a esta historia triangular entre Carmen (Angela Molina), una mujer visceral y apasionada que ya sufrió un duro desengaño amoroso que la llevó a la cárcel; Mario (Juanjo Puigcorbé), un timador simpático, chulo y cobarde, y una joven azafata con ambiciones (Ariadna Gil), que obsesiona a Mario y se convertirá en la víctima de la historia."La única conexión entre la historia real y la película es el triángulo amoroso y la utilización del ácido para realizar el crimen", comenta Balagué. "El entorno de los personajes, su psicología y los hechos que se relatan son muy diferentes a los reales, aunque, de hecho, tampoco hay mucha información sobre el caso; el sumario no echa luz sobre las relaciones entre los protagonistas". Ningún miembro del equipo ha hablado con la joven homicida, que actualmente cumple una condena de 12 años, pero la familia de ésta, a través de un abogado, ha intentado sin mucho éxito que no se haga referencia al caso real cuando se habla del filme.
El azar, sin embargo, les favoreció. "Una mañana, mientras estábamos rodando en la plaza Real, me puse a hablar con una chica que limpiaba en un portal", comenta Ángela Molina. "Después de charlar un rato, me contó que ella había estado en la cárcel en la misma celda que la homicida real, y me explicó, entre otras cosas, que era una mujer muy normal, pero que tenía una vena paranoica por lo que había pasado y que sufría mucho".
"Desde el principio he intentado no vivir el papel como si se tratara de una asesina", comenta Ángela Molina. "Comete un crimen, pero sin pensarlo e influida por todo lo que le ha pasado. No es que la disculpe, porque no hay nada que justifique el quitarle la vida a una persona, pero trato de comprender, y lo peor que puede tener una persona es su conciencia".
Contradictoria y visceral
Ángela Molina considera que su personaje es el de una mujer sensible, vulnerable e "instintiva hasta su perdición". Carles Balagúé opina que es un personaje contradictorio y visceral. Ella cree que es también una víctima de las pasiones mal entendidas y los amores egoístas. A juicio de Balagué, es un ejemplo más de cómo la pasión amorosa mueve a todas las personas, un tema que, confiesa, es "lo que mueve todas las películas o temas que me han interesado". "Escogí a Ángela Molina para este papel porque es una persona muy visceral, de actitudes feroces", dice Balagué. "Se puede enloquecer por amor, y en la película hay que dar unas claves de la psicología del personaje antes del crimen".Parece, a ratos, que la actriz y el director hablan de una película distinta, de una mujer distinta, pero aseguran que el resultado de este encuentro de sensibilidades por el momento es satisfactorio. Es una dicotomía que no sucede con el personaje de Juanjo Puigcorbé. "Es un buscavidas, siempre digo que entre rockero y lolailo, que está obsesionado por una chica, y, aunque es un poco macarrilla y podría ser malo, no llega a serlo porque es débil; es un infeliz simpático", explica el actor. Una descripción nada, halagüeña de su personaje que, eso sí, es lo suficientemente simpático como para enamorar a la protagonista. Ariadna Gil es la tercera en discordia, y, en opinión de Balagué, su personaje es el de "una azafata ambiciosa, dispuesta a todo para ascender en su carrera que todavía se está iniciando".
El director considera que este filme será el mejor de todos lo que ha hecho hasta ahora, entre los que figuran Las apariencias engañan, Adela y El amor extraño. "Siempre me han interesado estos melodramas con trasfondo criminal, es lo que me sale mejor y por ahora estoy contento del resultado".
El filme, con un presupuesto de 145 millones de pesetas, ha recibido una subvención de 45 millones del Ministerio de Cultura y de 15 millones por parte de la Generalitat. Los derechos de antena los ha adquirido Canal + y el resto del presupuesto lo aporta la productora Diafragma.
Babelia
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