_
_
_
_

El 'administrador' de la ira palestina

Pocos días antes del secuestro y muerte del sargento Nisim Toledano, las autoridades militares israelíes hicieron pública una conclusión acertada: tras cinco años de rebelión palestina en los territorios ocupados, las reglas del juego han cambiado dramáticamente. "Los terroristas son cada vez más audaces y están mejor preparados", declaró una fuente del Ejército. No se refería al grupo de Abu Nidal ni a los guerrilleros del Hezbolá libanés. El gran enemigo del Estado judío es hoy el integrismo palestino del Movimiento de la Resistencia Islámica, más conocido por su acrónimo en árabe, Hamas.Con la muerte de Toledano y dos recientes ataques en los que perecieron cuatro soldados israelíes, Hamas ha asestado golpes que denotan una eficiencia sorprendente y un significativo cambio de táctica. Los líderes de Hamás han decidido abandonar el anonimato y reivindican sus acciones en nombre de la causa de la Palestina musulmana soñada por Irán.

Más información
La presidencia de la CE pidió a Israel que no efectuase las expulsiones
Israel ordena la deportación de 418 palestinos acusados de pertenecer a los integristas de Hamas

El Gobierno de Isaac Rabin ha jurado aplastar sin piedad a Hamas no sólo para extinguir las llamas de la revolución islámica, sino para impedir que el fervor de los militantes termine por sabotear las negociaciones de paz en Oriente Próximo.

Hamás está más fuerte que nunca. Su potencia emerge de los paupérrimos campos de refugiados de Gaza y Cisjordania. Por entre sus laberintos corre, la frustración de millares de palestinos defraudados. El caudal es cada día más ruidoso e invariablemente desemboca en las mezquitas. Allí se clama por una revolución contra la condescendiente y burocratizada Organización para la Liberación de Palestina como paso inicial hacia la creación de un Estado musulmán.

Distantes quedan los días en los que Yasir Arafat podía ufanarse de controlar la rebelión palestina desde su despacho en Túnez, sede de la OLP. Más lejos aún están las ambiciones israelíes de fomentar "corrientes alternativas" para debilitar a la OLP en los territorios ocupados. Ya hace tiempo que la Intifada cobró vida propia. En el campo de batalla son los líderes locales" leales o no a Arafat, quienes tienen la última palabra, y ésta cada día se inspira más en el Corán.

En su esfuerzo por desvirtuar el carácter nacionalista de la Intifada, Israel asistió al nacimiento de Hamas en 1988 porque el advenimiento de la organización radical apuntalaba el argumento de que los disturbios no eran obra de palestinos hastiados de la, ocupación militar, sino de "musulmanes fanáticos".

El jeque Ahmed Yasin, cuya liberación demandaban los secuestradores de Toledano, predicaba furiosamente desde su casa en el polvoriento barrio de Zaitún, en Gaza, en las narices de las patrullas israelíes. Por conveniencia, Israel toleró a Yasin al principio. Cuando comprobó que las arengas del lisiado dirigente musulmán de 57 años comenzaban a tener efectos incendiarios, Israel lo apresó como parte de una vasta redada y lo condenó a cadena perpetua.

Hoy, Hamas es el único grupo que ha conseguido llevar la cimitarra del islam hasta el corazón de Jerusalén. Hamas retoza en la gran ola del renacimiento musulmán iniciada con la revolución islámica en Irán en 1979.

Las conexiones se afianzan. La semana pasada, el diario libanés Al Hayat dijo que una delegación de Hamás estaba en Teherán ultimando detalles de un ambicioso acuerdo de cooperación con la república islámica.

Aparte la ayuda económica, Hamas e Irán pactaron probablemente una estrategia que daría ímpetu sin precedente a los palestinos integristas de Gaza y Cisjordania. Eso está destinado a complicar aún más el proceso de paz en Oriente Próximo.

Un acercamiento entre Hamas y el Hezbolá libanés parece estar en curso, a juzgar por la coincidencia de la visita de la delegación de Hamás a Teherán con la de otra misión presidida por el líder de Hezbolá, el jeque Hasán Nasralá. Al parecer, el tema principal a tratar es el "entrenamiento militar" para millares de militantes de Hamas.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_