Paisaje con amor y aventura
James Fenimore Copper escribe su famosa novela de aventuras El último mohicano en 1826. Y desde un primer momento tienen gran éxito los amores entre Uncas, el hijo de la tribu de los mohicanos, y Cora, la hija del coronel Munro, sobre el fondo de la guerra entre ingleses y franceses en 1757 en suelo americano.En 1920 el francés Maurice Tourneur comienza a rodar una versión, de gran fidelidad al original, que finaliza Clarence Brown por enfermedad del anterior. En 1936, es el realizador George B. Seitz quien' la convierte en un western de serie B. Y por último, en 1965, en pleno apogeo del denominado spaghetti-western, Harald Reinl dirige una torpe coproducción. La principal diferencia de la última versión de El último mohicano con las anteriorees es que está dirigida por el realizador de televisión Michael Mann, tiene un elevado presupuesto de 35 millones de dólares y se ha rebajado bastante la fuerza del original. La historia de amor entre la hija mayor del coronel Munro y el indio mohi-. cano Uncas se ha diversificado y dulcificado: ahora la hija mayor se enamora de Hawkeye, el hijo adoptivo blanco, mientras que sólo se insinúa una relación entre Alice Munro, la hija pequeña, y el indio Uncas.
The last of the mohicans Director: Michael Mann
Guionistas: Christopher Crowe y Michael Mann. Fotografía: Dante Spinotti. Música: Trevor Jones y Randy Edelman. Estados Unidos, 1992. Intérpretes: Daniel Day-Lewis, Madeleine Stowe, Russell Means, Jodhi May. Estreno en Madrid: Coliseum, Cid Campeador, Novedades, Cartago, Aluche, Ideal (versión original).
Coproductor, coguionista y director de esta versión, Michael Mann tiene una corta trayectoria cinematográfica, pero, sin embargo, cuenta con una larga carrera como director y productor de televisión en series como, por ejemplo, Corrupción en Miami. Esto le lleva a sentirse un tanto desamparado, con un presupuesto tan grande entre sus manos y, literalmente, no saber qué hacer cuando se enfrenta a una compleja batalla. Lo resuelve a base de pequeñas acciones de gran violencia, pero se muestra incapaz de explicar quién combate contra quién, cómo y dónde.
A pesar de, ello, esta última versión de El últim mohicano tiene ciertos atractivos. En primer lugar, ser un western con indios, lo cual hoy ya es bastante exótico; luego, tener unas espléndidas localizaciones en Carolina del Norte; y por último, retomar el espíritu de las viejas series de aventuras.
Michael Mann consigue componer un atractivo paisaje con amor y aventuras, darle un ritmo trepidante, que ocurran multitud de cosas en continua sucesión y resulte agradable de ver. Sin olvidar convertir al en un principio inadecuado Daniel Day-Lewis en un apropiado Hawkeye, aunque a ni¡veles interpretativos destacan Madeleina Stone y la joven Jodhy May en las enamoradizas hijas del general Munro.
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