Un centenar de presos mueren en la sangrienta represión de un motín en una, cárcel de Caracas
La cárcel de Catia, al oeste de Caracas, ha sido escenario de la mayor matanza ocurrida durante la asonada golpista del 27 de noviembre. Los muertos superan el centenar y los heridos duplican esa cifra. Según fuentes gubernamentales, los rebeldes provocaron un motín dentro de la cárcel para sembrar el caos y el pánico en la ciudad. El resto de Venezuela recupera la normalidad, 48 horas después del fallido golpe de Estado que costó la vida a unos 200 civiles y 27 militares. El presidente Carlos Andrés Pérez decretó que los golpistas sean sometidos a un procedimiento militar su marísimo, que podría concluir en 10 días.Los reclusos de la cárcel de Catia se apropiaron de una ametralladora, y provocaron la muerte a varios policías y heridas a un número no precisado de agentes. El gobernador de Caracas, Antonio Ledesma, explicó ayer que entre 600 y 800 miembros de la Guardia Nacional entraron en el penal para restablecer el orden.Un jefe de la policía declaró ante un grupo de periodistas que los reclusos aún controlan dos pabellones del penal. Se, cree que unos 80 internos han logrado escapar, pero la represión de la guardia nacional impidió la huida de la mayoría de los presos. Los cadáveres dispersos dentro y en los alrededores de la cárcel de Catia, ofrecen una imagen dantesca. Varios hombres aparecieron tirados como perros en las quebradas. Los cadáveres se amontonan bajo las rocas y son regados por aguas sucias y ensangrentadas.
El horror se extendió también al lujoso centro comercial Tamanaco, frente al aeropuerto de La Carlota, que amaneció rodeado de botas y camisetas militares ensangrentadas y cuerpos mutilados frente a los rutilantes escaparates.
El resto de Venezuela recupera la normalidad con lentitud. Un decreto presidencial autorizó las reuniones políticas relacionadas con las elecciones regionales y municipales previstas para el próximo domingo, 6 de diciembre, aunque siguen suspendidas las garantías constitucionales. El toque de queda se ha reducido al periodo entre las diez de la noche y las cinco de la madrugada.
Las calles de Caracas se encontraban casi desiertas en la tarde y noche del sábado, aunque el toque de queda se había reducido y se. permitía salir a la calle hasta las 22.00 hora local. En la zona peatonal de Sábana Grande, siempre llena de gente y vendedores ambulantes, sólo circulaban transeúntes aislados. Cerca del bulevar un grupo de gente conversaba en la oscuridad. En ese lugar, próximo a una funeraria, se velaban los cuerpos de los muertos en el Canal Ocho, el de la televisión estatal que fue tomado por los golpistas.
Las imágenes sobre la situación en que quedó el Canal Ocho mostraron la violencia de los golpistas. La sangre coagulada aparecía por todas partes, los pasillos, las paredes y hasta en el techo. En el asalto, los golpistas asesinaron a los guardianes de la compañía de seguridad.
En un acto celebrado ayer en el palacio de Miraflores, donde una asociación cívica presentó su adhesión al presidente, Pérez denunció: "Lo que vimos fue barbarie" e insistió en que había sentido bochorno por el espectáculo que Venezuela había dado al mundo, pero al mismo tiempo se sentía "orgulloso de la gallarda conducta del pueblo".
En ese discurso Pérez se felicitó de que además de la imagen grabada del teniente coronel Hugo Chávez, el golpista del 4 de febrero, la televisión hubiese facilitado la de los que le acompañaban en la intentona golpista del pasado viernes.
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