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Reportaje:

Intelectuales y artistas españoles se reprochan su pasividad ante el avance del racismo

Vázquez Montalbán ve en la xenofobia un síntoma del triunfo de la modernidad insolidaria

Andrés Fernández Rubio

El escritor Manuel Vázquez Montalbán no duda en denunciar la pasividad de los intelectuales ante el racismo. "Han contribuido a crear esa falsa conciencia de que no había peligro racista", dice, "de que ya teníamos nuestro racismo particular, el de los gitanos, y siguen sin acabar de asumir el fondo de la cuestión".Y la cuestión es que se ha fomentado un subjetivismo de sociedad amenazada por la recesión, el paro o la precariedad del puesto de trabajo, dice el escritor. "Se ha desacreditado lo que era solidario y se han favorecido todos los discursos de posiciones individualistas. Eso lleva a primar una ética de la supervivencia y el arrasamiento de la cultura e la solidaridad. Buena parte de los intelectuales se han prestado a esta operación, y siguen dentro de ese sueño. No se dan cuenta de que se está incubando el huevo de una serpiente".

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El trato al exilio político ha sido en España "regular tirando a malo", según Vázquez Montalbán, mucho peor que el que Suramérica dispensó al exilio español. "Y con respecto al inmigrante", añade, "y pese a que tenemos uno de los tantos por ciento de inmigrantes más bajos de Europa, este año creo que ha habido 17 muertos en conflictos de carácter xenófobo. Hemos llegado a la modernidad también en este terreno, superando la premodernidad, que era ir a por el gitano".

En una posición menos dramática se sitúa el cineasta Carlos Saura: "Más que de silencio de los intelectuales yo hablaría de una cierta pereza, porque en España quizá la cosa no es tan grave como en otros países europeos. Además, yo no creo que España sea un país xenófobo. En absoluto España es comparable a Alemania en el auge del racismo. Allí sí que me parece gravísimo lo que está ocurriendo".

La situación de Alemania también sirve de referencia para el psiquiatra Carlos Castilla del Pino, que ve en la posición muy combativa de destacados intelectuales germanos "cierta ejemplaridad". ' Está convencido de que nada es suficiente frente al riesgo que el racismo supone, y que "es necesario un movimiento constante, reiterado y enérgico". "Yo creo que en España estamos adoleciendo de un cierto absentismo y no me lo explico", dice, "por que España sí es racista".

El escritor Javier Marías considera que los intelectuales están actuando ahora más como ciudadanos que como conciencia de la sociedad o algo por el estilo. "Se ha acabado que cada intelectual tenga que decir algo cuando ocurre algo, lo que no quita que como ciudadanos obren como cualquier otra persona". Marías, favorable a esa posición de los intelectuales considerados como simples ciudadanos, cree, sin embargo, que ante un asunto tan grave como el racismo "no estaría de más" una reacción de los intelectuales ante lo que ya es "una realidad segura y definitiva" en muchos países.

El escritor Juan Marsé no cree mucho en las manifestaciones en sentido resolutivo, y por eso no le parece especialmente significativa la Presencia de intelectuales en manifestaciones o firmando manifiestos. "Cada cual trabaja en este asunto desde su propia trinchera", dice, "y además el intelectual es un hombre que trabaja desde el escepticismo y cree que la solución está en el poder. Y a ése hay que atacarlo por otros flancos".

Marsé insiste en que hay muchas formas de racismo. "En Cataluña ha habido durante muchos años formas muy larvadas de racismo contra el charnego y el gitano y también en Madrid. En España hay racismo, pero lo hay en menor grado que en otros países, pese a esas formas de mentalidad racista que siguen funcionando".

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