Beneficiados y perjudicados
Una devaluación, como cualquier otro terremoto en el sistema de cambios, tiene beneficiados y perjudicados. Las primeras del manual señalan a los productos importados, las empresas endeudadas en divisas y las que dependen de la fortaleza de la peseta para mantener sus ingresos como los principales perjudicados. Entre ellas, la consecuencia más inmediata para el consumidor es el aumento del precio de la gasolina, que, dado el sistema de precios máximos que existe en España y la revisión cada 14 días, no tendría efecto hasta el 8 de diciembre.La subida de los combustibles, así como de otros productos importados, supone un efecto directo en la inflación. En este caso, ya sería sobre el último mes de un año en los que el IPC previsto, al principio, por el Gobierno ya ha sido rebasado. El impacto en la inflación se produce en unas fechas en las que se comienzan a negociar muchos convenios colectivos y, evidentemente, también se convierte en un elemento más para poner encima de la mesa.
Uno de los sectores que más sufre con una devaluación es el eléctrico, cuya deuda en divisas es algo superior al billón del pesetas. La anterior devaluación supuso unas pérdidas de más de 90.000 millones de pesetas (según cálculos de las propias compañías). Una devaluación del 6% frente al marco supone otras pérdidas de alrededor de 100.000 millones cuando precisamente se está negociando con Economía la forma de paliar los efectos de la anterior devaluación. Las eléctricas piden que se les permita diferir pérdidas en varios ejercicios y que no tengan que digerirlas sólo en éste, tal como exige el plan de contabilidad. Para los bancos también supone un coste adicional, ya que deben retocar las provisiones.
Tipos de interés
La gran incertidumbre se cierne en la inversión exterior. La devaluación empuja a los inversores foráneos a abandonar el mercado del país que devalúa, a no ser que se produzca un estímulo en sentido contrario; es decir, un alza de los tipos de interés que frenaría más la economía.
Los sectores beneficiados en España por la devaluación son el turismo y las empresas que venden en dólares. El turismo interior del país que devalúa se beneficia, al menos en teoría, por una doble vía. En primer lugar, una peseta más débil provoca una mayor afluencia de turistas extranjeros que ven incrementado su poder adquisitivo. Por otra parte, los posibles turistas, en este caso españoles, que quieran viajar al extranjero verán notablemente recortada su capacidad de gasto. Esto supone, sobre el papel, que optarán por el turismo interior. Es decir, los españoles que tengan planeado un viaje al exterior deberán soportar unos costes extraordinarios.
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