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La Legión logra escoltar dos convoyes en Bosnia, pese a las dificultades y los incidentes del viaje

Miguel González

"Hemos tenido un poco de balasera", admitió anoche el comandante Pedro Palomino, jefe del destacamento avanzado de la Legión en la localidad de Jablanica,a 85 kilómetros de Sarajevo, al términode la primera jornada de escolta a los convoyes de ayuda humanitaria, durante la que los legionarios realizaron con éxito dos misiones de protección, pese a los numerosos incidentes. Tres legionarios resultaron heridos leves en un accidente de tráfico.

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Los camiones del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) llegaron a su destino, aunque el día difícilmente hubiera podido ser más accidentado: hubo granadas junto a una de las caravanas, una colisión, un vuelco, una avería y un pinchazo, además de mal tiempo.Pese a ello, ocho camiones británicos con 134 toneladas de alimentos para Sarajevo estuvieron puntualmente a la una de la tarde de ayer en Kiseljak, donde las tropas ucranias de la ONU asumieron el relevo para custodiar el cargamento hasta el interior de la sitiada capital de la república.

El incidente más grave de la jornada se produjo al mediodía en el control de Vrapcici, al norte de Mostar, dentro del tramo de carretera que queda bajo el punto de mira de la artillería serbia. Mientras la columna se encontraba detenida, algo sumamente peligroso en esta zona, entre cuatro y cinco granadas impactaron a su alrededor a una distancia de unos 20 metros, la más próxima. Una de las explosiones destrozó los neumáticos de uno de los camiones que portaban ayuda humanitaria. "Los proyectiles venían de la sierra, de las posiciones serbias", dijo Palomino.

"Es difícil saber si se disparaban entre ellos o tiraban sobre nosotros", agregó el comandante, aunque en ese momento no existía intercambio de fuego entre las partes. La zona estaba tranquila cuando, cuatro horas antes, la recorría el primer convoy bajo protección española con destino a Kiseljak. Un militar español calificó el hecho de "disparo intimidatorio". Varios oficiales españoles daban por sentado ayer que se trataba de actos de intimidación y hostigamiento por fuerzas serbias.

No fue ese el único contratiempo de la columna, que partió de Metkovik pasadas las nueve de la mañana y tardó cinco horas en recorrer 90 kilómetros. Uno de los camiones tuvo que darse la vuelta a mitad de camino por avería y un Blindado Medio sobre Ruedas (BMR) pinchó al cruzar el puente que se encuentra a siete kilómetros de Jablanica.

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El primer convoy tuvo más suerte: empleó seis horas en cubrir los 160 kilómetros que separan Metkovik y Kiseljak. Sin embargo, varios incidentes estuvieron a punto de impedir que los camiones llegaran a tiempo a su cita con las tropas ucranias, como advertía, visiblemente preocupado, el responsable británico de ACNUR. "Esta gente no nos espera y se marcha", repetía.

La intensa lluvia caída en los últimos días convirtió en un resbaladizo barrizal la pista de montaña por la que siguen los camiones para evitar la carretera a Sarajevo, cortada por los sitiadores serbios. Son 16 kilómetros de tortuoso camino, plagado de minas, entre Tarcin y Kresevo, bajando valles y subiendo montañas, a través de puentes de madera con todas las tablas sueltas.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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