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El intimismo y la sencillez marcan los últimos cuadros de Lucio Muñoz

El pintor madrileño muestra su obra reciente en la galería Marlborough

Rocío García

"Antes eran dos orquestas, coros y cantidad de recursos tímbricos para una música muy romántica. Ahora es más música de cámara, a pesar de los grandes formatos. Escomo una sonata". La pasión musical del pintor Lucio Muñoz (Madrid, 1930) le lleva a explicar de esta manera las diferencias entre su obra expuesta en el Reina Sofía en 1988 y la que a partir de hoy, y hasta el 5 de enero, muestra en la galería Mariborough de Madrid (Orfila, 5). Las ciudades de Praga y Lisboa y el pintor alemán Caspar David Friedrich son algunos de los temas trabajados en esta veintena de obras.

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"Digo que los cuadros de Lucio Muñoz me parecen buenos, y lo hago en base a un hecho fundamental: me los creo. Uno a uno me los creo. Veo el cuadro, y lo que en él me aparece me resulta absolutamente creíble, no se me ocurre dudar sobre ello, es algo dotado de sentido, de autosuficiencia, de articulación interna. Un cuadro de Lucio Muñoz dejaría de gustarme si descubriera falsedad en él", escribe Rodrigo, el hijo filósofo del pintor y autor del texto del catálogo de la exposición.Lucio Muñoz dice de su pintura actual que "es más intimista, menos caótica y vehemente, en la qué intervienen más elementos geométricos". "En el periodo de 1988 y 1989, llegué al extremo máximo de un tipo de pintura con mucha relación con el paisaje. Era una pintura muy cálida, muy romántica, muy apasionada, a veces extremadamente. Pero a mí no me importa llegar a los extremos. Creo que es necesario equivocarse, llegar a la destrucción y al error. Me parece bastante lógico después de eso iniciar un movimiento no en contra, sino de una mayor reflexión. Yo mismo empiezo a criticar esa actitud mía, empiezo a juzgarme, a analizar y a evolucionar de una manera suave hacia un tipo de pintura donde no hay ningún deseo de convencer ni de emocionar a nadie. Creo que se da una mayor espiritualidad y mucha mayor sencillez. Es más intimista y un poco más difícil".

Gran defensor de la pintura joven, Muñoz critica la cantidad de dificultades que encuentran los jóvenes artistas para exponer un cuadro o incluso para que le admitan un dossier en una galería. "Para conseguir algo" los jóvenes tienen que seguir unas pautas marcadas que francamente creo que están coaccionando la libertad del artista. Al final, estas pautas se meten tan de lleno en la formación del artista que no tiene que violentarse para hacerlo".

Estas pautas las marca Nueva York -"yo no censuro esto, porque Nueva York ha estado dando grandes artistas" pero considera Lucio Muñoz que están demasiado condicionadas por todo lo que propone Estados Unidos, economía incluída, -"¡Qué casualidad que la potencia mundial sea la que tenga mayor creatividad! No se ha creído en Europa. Casi ha sorprendido que surgiera el neoexpresionismo alemán o la transvarguadia italiana"-.

"Yo, que soy un modesto coleccionista, sólo he comprado durante toda mi vida pintura joven. En el coleccionismo, cuando uno se retrae se convierte en un mero inversor. Los coleccionistas tienen que ser creativos. La aventura de un coleccionista es una de las cosas más estimulantes. ¡Qué aburrimiento más espantoso el que un coleccionista tenga que limitarse a los valores seguros! ¡La maravilla que es descubrir un poeta, un compositor nuevo, un escritor nuevo!", dice Muñoz.

Debate sobre el realismo

Sobre el realismo y el debate surgido a raíz de la ausencia de esta corriente en la colección permanente del Centro de Arte Reina Sofía, Lucio Muñoz reconoce que "hay muchísimo miedo a pronunciarse sobre el realismo por temor a que se pueda confundir con una actitud o una postura retrógrada. Parece que eso implicaría un alejamiento o un desinterés por las vanguardias. Ése es el error. Hay un pánico espantoso a aparecer como una persona que no está a la ultimísima moda"."El realismo, que ha sido una constante en la pintura española, a lo largo de los siglos está hoy más que cuestionado cuando hay artistas buenos y malos como los hay en el surrealismo, en el informalismo, en el posmínimal y en el posconceptual. ¿O es que parece que sólo en el posmínimal y en el posconceptual están los buenos artistas? Están en todas partes".

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