Triste matrimonio a la española
En 198 1, Adolfo Marsillach estrena con dirección propia Yo me bajo en la próxima, ¿y usted? una obra teatral para lucimiento de una pareja de actores, que lo aprovechan muy bien, Concha Velasco y José Sacristán. El tono ligero de esta historia de un matrimonio, narrada entre el drama y la comedia con procedimientos muy -teatrales, hace que se convierta en un gran éxito.Once años después, tras ocurrir muchas cosas en España, se transforma en una película que no la refleja. Y, aprovechando que mientras tanto José Sacristán se ha convertido en realizador con Soldados de plomo (1983) y Cara de acelga (1986), los productores deciden no sólo conservar a la pareja protagonista de la obra teatral en la versión cinematográfica, sino que también se encarga de su dirección José Sacristán. Esto que, en principio, parecía -una buena idea ha significado en la práctica un exceso de respeto al original y que el proyecto se dirija más a repetir el éxito teatral que a hacer una película autónoma.
Yo me bajo en la próxima, ¿y usted?
Director: José Sacristán. Guión: Joaquín Oristrell y Adolfo Marsillach, basada en la obra de Adolfo Marsillach. Fotografía: Juan Amorós. España, 1992. Intérpretes: José Sacristán, Concha Velasco, Tina Sainz. Estreno en Madrid: Palacio de la Música, Benlliure, Amaya, Novedades, Aluche, Florida.
La historia de la pareja que, tras haber estado casada durante siete años, se separa y, después de 16 años sin verse, se encuentran por casualidad en una boda está resuelta en una doble dirección paralela. Por un lado, se desarrollan unas escenas ambientadas en la actualidad, cuyo eje central es la celebración del banquete de bodas. Y, por otro, se intercalan, aprovechando mínimas oportunidades, otras escenas donde él, mucho más que ella, revive diferentes incidentes de su vida erótica anterior.
Este procedimiento narrativo hace que mientras las escenas actuales tengan un habitual tono realista, las escenas retrospectivas estén realizadas con un aire de farsa, de caricatura, en broma. Esto, unido a que la pareja protagonista encarnase todos los papeles, funcionaba bien sobre el escenario por ser muy teatral, pero en cine no funciona por ser anticinematográfico. Tanto el guionista como el director han sido demasiado respetuosos con el original y no han conseguido ni hacer una película con fuerza propia.
De forma que, mientras los protagonistas hablan de su vida durante la celebración de la boda, Yo me bajo en la próxima, ¿y usted? es el triste retrato de un viejo matrimonio a la española, pero cuando comienzan a rememorar los episodios de su vida anterior dan lugar a una sucesión de incrustaciones teatrales que ni tienen gracia por sí mismas ni engranan con el resto. Asi ocurre, por ejemplo, con las escenas en que hacen de niños.
La excesiva fidelidad del guionista al original teatral crea este problema, por un lado, pero su falta de habilidad hace, por otro, que la historia lateral inventada para la película, la tragedia subterránea que se está cociendo durante la boda, no acabe de desarrollarse y tenga que acabar de contarla un personaje secundario de pasada.
La única posible adaptación cinematográfica era haberse olvidado del original, haberlo utilizado tan sólo como punto de partida para hacer una película. Y esto es algo que tanto Concha Velasco como, por partida doble, José Sacristán no han podido, ni han sabido ni han querido hacer, y se han limitado a intentar repetir una vez más su viejo éxito teatral, tan sólo como si se tratase de una nueva representación algo remozada.
Babelia
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