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De paseo por la Tierra sin salir de Madrid

Olor, sonido e imagen sumergen al visitante en una exposición ecológica sensorial

Póngase unos auriculares y entre en una sala húmeda donde unas imágenes del universo aparecen tras una cortina de agua. "La Tierra, ni muy grande ni muy chica, ni muy cercana al Sol ni de él alejada en exceso. La Tierra... el escenario incomparable en el que hace alrededor de 4.000 millones de años surgió el más fascinante de los fenómenos: la vida", dice una voz. El Museo Nacional de Ciencias Naturales (Madrid) recibe así a los visitantes desde ayer, en la exposición Amada Tierra.

Los sonidos de la selva y lo solores del bosque, el frío de un ecosistema polar, proyecciones audiovisuales y ordenadores acompañan al visitante durante una hora y media que se tarda en recorrer la exposición. Es un paseo por los elementos fundamentales de la vida haciendo un repaso de los ecosistemas de un planeta herido. Ante una fotografía de la muchedumbre en la playa, hay un tubo de vertidos en la arena junto a una, tumbona; al lado" unas maderas retorcidas presentan los bosques quemados, y unos hilos por los que se deslizan gotas de glicerina ilustran el efecto de la lluvia ácida.El paseo por Amada Tierra comienza con una medusa, una oruga y una libélula, modelos gigantes de plástico y alambre, que sorprenden al visitante en la sala dedicada a la vida como materia organizada. Por los auriculares, el narrador explica que los átomos forman moléculas, que se agrupan en células, animales y plantas. Una gran doble hélice de ADN representa la famosa molécula de la información que gobierna los organismos vivos, mientras la voz habla del ciclo de energía y vida.

Imaginación

El gran elefante disecado del museo tiene paja nueva entre las patas. "Es como un viejo amigo de nuestro público", comenta el director del museo, Pere Alberch. El resto de la exposición es un derroche de nuevas ideas, soluciones de diseño e imaginación para sumergir al visitante en una experiencia sensorial completa. "Aquí no queremos que la gente se limite a ver, como en las exposiciones convencionales, queremos que tenga la sensación de frío y calor, de olores y ruidos de la naturaleza y que escuche las explicaciones, porque sabemos que la mayoría de la gente no lee los textos en los museos", continúa Pere Alberch. Pata lograrlo han trabajado durante un año diseñadores, creadores de efectos especiales, guionistas (Ramón Folch), un perfumista y expertos en programas audiovisuales e infografía. Su coste total, 400 millones de pesetas, ha sido aportado por la empresa Repsol.Especies, hábitats, paisajes alterados y climas son el argumento de los audiovisuales, siempre acompañados por la narración (en castellano o en inglés). Un innovador sistema de compactdisc en cada entorno transmite por infrarrojos la voz a los auriculares del visitante. Alguna zona de sombra auditiva, que se soluciona desplazándose unos pasos, no resta encanto y comodidad a esta solución técnica.

Cambiar para vivir

La última sala resume la propuesta de la exposición: Cambiar para vivir. "Es el mensaje, sin catastrofismo. Hay que cambiar el uso que hacemos del planeta", comenta Alberch. "El museo no deben ser vitrinas llenas de animales disecados, sino un centro donde se traten temas de actualidad científica", explica el director. "Amada Tierra usa las tecnologías expositivas más vanguardistas de la actualidad y se ha hecho totalmente en España", dice, orgulloso del resultado.La exposición se ha presentado este verano en Barcelona, y una versión reducida será itinerante por España. Mientras tanto, hasta el 17 de enero, el museo espera recibir a miles de personas interesadas en dar un paseo por el planeta.

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