_
_
_
_
_

El buque alemán con residuos llega a Bilbao sin incidentes

La huelga de transportistas ha imposibilitado a la empresa vizcaína Aser, SA, trasladar a sus factorías las 2.232 toneladas de polvos de acería descargados en la noche del jueves por el buque alemán Lass Sun en el puerto de Bilbao.Los ecologistas vascos, apoyados por una campaña internacional de Greenpeace en contra del libre transporte internacional de residuos tóxicos y peligrosos, no pudieron impedir la entrada del buque procedente de Dinamarca. Los ecologistas consideran que los polvos de acería están contaminados por dioxinas, furanos y metales pesados, aunque la empresa afirma que la carga cumple con todos los requisitos legales. La carga procede de la empresa danesa DDS, la única acería estatal existente en Dinamarca.

Pasadas las once de la noche, el barco entró en el puerto de la capital vizcaína escoltado por varias patrulleras de la Guardia Civil. Los ecologistas esperaron durante toda la tarde-noche del jueves la llegada del buque alemán y ante "la gran desproporción de medios" -patrulleras de la Guardia Civil frente a las piraguas desplegadas por los ecologistas para evitar el atraque- decidieron no intervenir.

Por la tarde, los verdes vascos desplegaron una pancarta en el puente colgante de Portugalete con el lema Hondakin toxikorik ez (No a la importación de residuos).El Lass Sun descargó los residuos en el muelle de Deusto y abandonó el puerto de Bilbao sobre las cinco de la mañana de ayer, según informaron los grupos ecologistas convocantes de la protesta.

Néstor Goikoetxea, gerente de la empresa Aser, SA, que ya fue objeto de una campaña similar en Junio del pasado año por parte de Greenpeace, afirmó ayer que dicha organización ha "utilizado a los ecologistas vascos para dar más relevancia internacional a su campaña internacional contra el tráfico de residuos tóxicos ante la aprobación de un reglamento comunitario sobre este tema".

El próximo 21 de octubre se reunirá en Bruselas el Consejo Comunitario para discutir sobre el libre tráfico de residuos tóxicos y peligrosos y su tratamiento. En dicha reunión, el Gobierno español defenderá el principio de autosuficiencia en lo referente al tratamiento y eliminación de residuos. Greenpeace mantiene que un reglamento sin limitaciones en el tráfico de residuos tóxicos convertirá a los países menos desarrollados y con menor conciencia ecológica en "basureros del Primer Mundo".

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_