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González y Kohl acuden en socorro de Mitterrand, acosado por el ascenso del 'no' a Maastricht

Felipe González es la estrella invitada del mitin a favor del sí al tratado de Maastricht que los socialistas franceses celebran esta tarde en Estrasburgo. Mañana intervendrá en televisión el canciller germano, Helmut Kohl. Ambos se implican así en un debate que ha adquirido en Francia un enorme dramatismo dada la igualdad de fuerzas de los partidarios y enemigos de Maastricht revelada por las últimas encuestas.

El sobrecargado curso político francés 1992-1993 ha comenzado cuando la mayoría de los ciudadanos aún no ha tenido tiempo de guardar los bañadores en los armarios. Quedan menos de tres semanas para un referéndum considerado unánimemente como el más importante que este país ha celebrado en toda su historia contemporánea. El próximo 20 de septiembre, los franceses decidirán el destino de los 300 millones de habitantes de la Comunidad Europea.En este contexto, la participación de González al lado del ex primer ministro socialista Michel Rocard en un acto de propaganda a favor del sí a Maastricht es vista con muy malos ojos por los franceses que rechazan el tratado de Unión Europea. El gaullista Philippe Séguin, el populista Philippe de Villiers y el socialista Jean-Pierre Chévenement consideran que el referéndum es "un asunto exclusivamente francés". Sus protestas contra la participación en la campaña de jefes de Gobierno extranjeros ya ha conseguido que el británico John Major renuncie a acompañar mañana a François Mitterrand en un programa televisivo. El alemán Helmut Kohl estará, en cambio, al lado del presidente francés.

Sobre la consulta pesa una gran incertidumbre. La pasada semana, tres encuestas de opinión dieron la ventaja al no, pero los últimos sondeos reflejan que el sí ha recuperado una ligera ventaja. Así, el último, de la cadena de televisión TF1 y el diario Le Figaro, que fue difundido anoche, da al sí un 53%, frente a un 47% en favor del no.

El temor a una grave crisis política interior, al aislamiento de Francia y a las reacciones de sus socios europeos es el gran caballo de batalla de los defensores del . Hasta Jacques Delors afirmó en la noche del lunes que dejará la presidencia de la Comisión Europea si sus compatriotas rechazan Maastricht, "Si gana el no", dijo, "seré incapaz de llegar a Bruselas y tener que escuchar: 'Delors no se vaya; quédese a recoger los platos rotos'".

En esa línea catastrofista, Roland Dumas, ministro de Asuntos Exteriores, dijo ayer: "Europa está acorralada, y si Francia no ratifica el tratado de Maastricht se producirá una desarticulación de la construcción europea". El ministro de Economía, Michel Sapin, afirmaba mientras que la victoria del no significará "una catástrofe económica" para Francia.

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