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GUERRA EN LOS BALCANES

Musulmanes y serbios siguen luchando pese a la presión externa

Musulmanes y serbios siguen luchando en Bosnia pese a la resolución de la ONU que el pasado jueves autorizó el uso de la fuerza para hacer llegar la ayuda humanitaria. El convoy de las Naciones Unidas que el sábado logró entrar en la ciudad hosnia de Gorazde, sitiada desde hace cinco meses por las tropas serbias, vivió una auténtica odisea en su regreso a Sarajevo. Los ocho camiones, que iniciaron el retorno en la noche del sábado, tuvieron que detenerse ante un puente minado, a unos 15 kilómetros de Gorazde. Ninguna de las partes en conflicto se prestó a desactivar las minas. Un equipo de artificieros de las Naciones Unidas viajó desde Sarajevo para liberar al convoy, que pudo reanudar la marcha.

"Los grupos en conflicto que controlan la zona no quieren quitar las minas porque eso supondría admitir la autoría de su colocación", explicaba ayer Peter Kessler, portavoz de la Alta Comisaría de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), que organizó la misión.El convoy, compuesto por ocho camiones y una escolta de tres vehículos blindados de las Fuerzas de Protección de las Naciones Unidas (Unprofor), había distribuido horas antes 46 toneladas de alimentos y medicinas entre la desesperada población de Gorazde.

La ONU no logró averiguar quién había minado el puente. El personal del convoy pasó la noche del sábado a la intemperie. Para dormir se metieron debajo de los camiones. Finalmente, la Unprofor decidió enviar en la mañana de ayer un equipo con tres artificieros franceses para desactívar las minas, que consiguieron despejar el camino a las seis de la tarde (hora española). El convoy era esperado en Sarajevo hoy por la mafiana.

El reparto de los víveres en Goradze fue calificado ayer por el comandante adjunto de la Unprofor, Philippe Morrillon, como un "éxito del buen camino". "Es la prueba de que nosotros seguimos ayudando mientras 'que cierta prensa cuestiona la utilizadad de la Unprofor en la región", declaró el general francés.

Intensos combates'

El territorio de Bosnia-Herzegovina y su capital, Sárajevo, sufrieron intensos combates en la noche del sábado. En Sarajevo, una persona murió y otras cuatro resultaron heridas por los disparos de los francotiradores, mientras que las fuerzas croato-musulmanas atacaban las posiciones serbias en torno a la ciudad. Las localidades de Bihac, Bosanska Krupa y Velika Kladusa (al oeste) han sido bombardeadas por la artillería serbia, y el fuego cruzado entre las tropas serbias y las croatomusulmanas ha mantenido en vilo a las localidades surefias de CaplJina, Stolac, Mostar y Nevesinje. Al norte, Slavonski Brod volvió a ser el objetivo de la artillería, mientras los serbios anunciaban la "liberación" de Turic y Tramosnica.

Los grupos paramilitares serbios que habían aterrorizado a la población musulmana de PlevIja (en Montenegro) comenzaron ayer su desarmeIras llegar a un acuerdo con las autoridades de la república yugoslava.

La creación de campos de internamiento también apunta a los croatas. Según el diario británico The Guardian, la Asociación de Defensa Croata (HOS), milicia ultraderechista, recluye a civiles serbios en campos situados en la zona de Bos nia bajo su control para intercambiarlos por prisioneros suyos. Mientras los frentes de guerra siguen abiertos, la agencia serbia Tanjug anunciaba que los líderes serbio y croata de Bosnia, Radovan Karadzic y Mate Boban, llegaron el sábado a un acuerdo en Bruselas para diseñar un proyecto de "ordenamiento confederal de tres Estados étnicos bosnios", que presentarán en la conferencia de paz sobre Yugoslavia en Londres el próximo día 26.

El ministro francés de Sanidad y Acción Humanitaria, Bernard Kouchner, tras visitar tres campos de prisioneros serbios y tres "del otro lado", sefialó q ue no son "campos de concentración" en el sentido nazi, sino "campos horribles, de purificación étnica", y describió la prisión de Sarajevo, donde hay serbios encerrados, de "espantosa".

Entre tanto, el Gobierno musulmán de Sarajevo pondrá hoy en circulación su propia moneda, el dinar bosnio-herzegovino, ligado al marco alemán.

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