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HUELVA

Toros de garantía

Antonio Lorca

, Las figuras quieren toros de garantía. Es que las figuras saben lo que hacen. Los toros de garantía suelen ser de buena familia, bonitos, sin grandes pitones, con las fuerzas justas, nobles, nada fieros... Toros, en fin, que facilitan el camino del triunfo.Los toros de garantía, sin embargo, presentan un problema: que hay que saber torearlos bien, para que la emoción de la que carecen se supla con la estética del toreo. Y, aún así, existe otra dificultad: que al público le guste o no que sus toreros preferidos intenten dibujar el toreo de gusto, o por el contrario, se dediquen a la bullanguería circense al uso de los nuevos tiempos.

Los toros de los Guateles llevaban garantía firmada y sellada. Bajitos, sin pitones, bravucones en el caballo, y con una embestida corta, pero muy noble en la muleta. Se les caía la baba de buenos; sobre todo, al impresentable novillo quinto, que era novillo, pero de calidad excelsa.

Guateles / Silvera, Litri,

ChamacoSeis toros de los Guateles, flojos, bravucones y muy nobles; el quinto, impresentable. Emilio Silvera:estocada perpendicular y un descabello (oreja); pinchazo, estocada y dos descabellos (ovación). Miguel Báez Litri: dos pinchazos, estocada baja y un descabello (ovación); estocada, aviso (dos orejas). Antonio Borrero Chamaco:estocada (oreja); media y un descabello (ovación). Plaza de Toros de Huelva, Fiestas Colombinas, 3 de agosto. Casi tres cuartos de entrada.

Todo eso sucedía en Huelva, con un cartel de la tierra, donde no están acostumbrados a que sus toreros se dediquen, precisamente, a las florituras taurinas. A pesar de ello, los tres lo intentaron.

El mejor parado fue Emilio Silvera, al menos, para los aficionados. Litri y Chamaco desistieron pronto de intentonas artísticas desplegaron todo su repertorio, tremendista y pueblerino. Su público se lo agradeció y disfrutó de lo lindo con los desplantes, los rodillazos, las manoletinas...

La afición onubense disfrutó con el toreo artista de un Emilio Silvera injustamente olvidado, y que salió ilusionado y dispuesto a no desaprovechar una de las muy escasas oportunidades que se le presentan. Sorprendió a todos con un toreo profundo, reposado y parsimonioso. Como requería el primer noble toro de los Guateles. Como torea bien, Silvera llegó a emocionar a los tendidos. No le acompañó la suerte en el cuarto, el más incómodo de la tarde, al que aguantó decidido miradas poco claras.

Sus compañeros intentaron imitarle y se equivocaron. El nuevo Litri inició el toreo re7 posado como prueba de su mejoría estética. Pero los tendidos se aburrían, y Litri se dejó de historias y la extrema calidad del novillo quinto la aprovechó para una sucesión de variado toreo tremendista. "De rodillas, Miguel", le gritaban. Y se puso de rodillas, claro. Mató bien y paseó dos orejas por no torear. En el segundo, que toreó artísticamente, le aplaudieron sólo unos pocos.

Ese problema, sin embargo, no lo tiene Chamaco. Lo suyo es el gesto exagerado, el toreo eléctrico, la mirada perdida, el éxtasis del tremendismo. Su primero, bravo en el único puyazo que recibió, llegó muy quedado a la muleta. Chamaco quiso torear despacio, pero no sabe. En Huelva, además, no puede. En el sexto, con un toreo encimista, lejano a las buenas condiciones del toro, aburrió. En ambos combinó verónicas, chicuelinas, revoleras, derechazos y desplantes en un cóctel que sabe poco a toreo, pero que gusta en su tierra. Allá cada cual con su gusto.

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Sobre la firma

Antonio Lorca
Es colaborador taurino de EL PAÍS desde 1992. Nació en Sevilla y estudió Ciencias de la Información en Madrid. Ha trabajado en 'El Correo de Andalucía' y en la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA). Ha publicado dos libros sobre los diestros Pepe Luis Vargas y Pepe Luis Vázquez.

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