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Un convoy de la ONU, atrapado en un campo minado cerca de Gorazde

Un convoy de diez camiones con ayuda humanitaria de la Alta Comisaría de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y de la Organización Mundial de la Salud (OMS) destinada a los 70.000 civiles sitiados desde hace 80 días en la ciudad bosnia de Gorazde, a 70 kilómetros al este de Sarajevo, se hallaba atrapado ayer en un campo de minas a unos 10 kilómetros de su destino."El convoy no puede moverse ni hacia adelante ni hacia atrás", declaró en Sarajevo el portavoz de las fuerzas de la ONU, Mik Magnusson. Un equipo de las Fuerzas de Protección de las Naciones Unidas (Unprofor), escoltado de dos vehículos blindados, salió a primera hora de la mañana de ayer de Sarajevo para intentar ayudar al convoy bloqueado.

Dos vehículos de la caravana tropezaron el jueves con una mina cuyo estallido provocó heridas a un intérprete bosnio. Las fuerzas rebeldes serbias que mantienen asediada Gorazde han impedido hasta la fecha el paso de cualquier tipo de ayuda alimentaría o médica para los habitantes de la ciudad.

Violentos combates

Sarajevo vivió ayer la noche más violenta de los últimos días. Feroces combates con artillería, morteros y armas ligeras sacudieron diversos puntos de la capital bosnia, especialmente en el barrio de Kosevo, donde se halla el estadio del mismo nombre y las pistas de patinaje de los Juegos Olímpicos de invierno de 1984.Los enfrentamientos pusieron fin a la relativamente tranquila jornada del jueves, en la que, a pesar de todo, murieron cinco personas y 30 resultaron heridas cuando varias granadas de mortero cayeron en una cocina popular y en una calle muy concurrida del barrio de Hrasnica. La operadora de cámara y un periodista de la cadena norteamericana de televisión CNN sufrieron heridas de diversa consideración al ser alcanzados por disparos de francotiradores.

En Londres, el negociador de la Comunidad Europea (CE) Lord Carrington fijó una nueva ronda de conversaciones de paz con los representantes musulmán, serbio y croata para el lunes próximo, pero subrayó que es necesario un cambio de circunstancias en Bosnia para que se respete un alto el fuego. El diplomático británico recalcó que debe producirse el "cansancio" de alguna de las partes para que se cumpla una tregua, pero reconoció que "los yugoslavos son personas que no se cansan fácilmente".

Los esfuerzos diplomáticos para detener la guerra en Bosnia sufrieron un nuevo revés cuando el secretario general de la ONU, Butros Gali, reiteró su oposición a enviar un nuevo contingente de cascos azules a la zona de conflicto, lo que posterga nuevamente la petición del Consejo de Seguridad de aplicar el plan de la CE de, someter a control todo el armamento pesado desplegado en Bosnia-Herzegovina.

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