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Crítica:TEATRO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Matar de aburrimiento

Guillermo Heras, el hombre de las nuevas tendencias escénicas, nos sale ahora en defensa del teatro de texto, del teatro de autor, "comprometido de alguna manera con el momento que estamos viviendo". En el programa de mano, Heras cita a Bernard-Marie Koltès: "Nadie, y mucho menos los directores de escena, tiene derecho a decir que no existen autores. Lo único cierto es que. no se les conoce, porque no se les representa". Cabría añadir que si a veces no se les representa es precisamente porque se les conoce: Patrice Chéreau hubo de conocer -según me confesaba un día- un montón de presuntos autores teatrales, de autores teatrales malos o mediocres, antes de dar con aquel mirlo blanco que se llamó Bernard-Marie Koltès. Y valió la pena: un texto de -Koltés, interpretado por Piccoli, por la Casares y dirigido por Chéreau, puede redimirnos de todas las nuevas tendencias escénicas habidas y por haber.Heras, por el momento, no ha descubierto, como Chéreau, su mirlo blanco. Steven Berkoff es, hoy, un autor británico sobradamente conocido en la escena internacional (Greek se estrenó en el Half Moon Theatre londinense en 1980), pero no en la española. Representar Greek en España, a los 12 años de su estreno británico y después de su paso por el Théâtre National de la Colline de París es, simplemente, ponerse al día, como es la obligación de una institución pública consagrada al "nuevo teatro".

Como los griegos (Greek)

De Steven Berkoff. Traducción: Carla Matteini. Intérpretes: Tomeu Verges, Alfonso Vallejo, Lola Mateo y Mánica Cano. Figurinista: Didier Coury.Escenografía y dirección: Guillermo Heras. Es una coproducción de Expo 92 y el Centro Nacional de Nuevas Tendencias Escénicas. Teatro Central. Sevilla. 23 de julio.

Una obra 'fuerte'

Como los griegos -excelentemente traducida al castellano por Carla Matteini- es lo que años atrás solía llamarse una obra fuerte; una apasionada defensa del amor que no se detiene ni ante lo más sagrado: el incesto. Eddy, el Edipo londinense de Berkoff, prefiere "regresar" al interior del cuerpo materno.Berkoff, con sus pollas, su basura, su mierda, sus pedos irlandeses, sus hooligans, sus matrimonios pequeño-burgueses, hace reír al público británico, al contrario de lo que ocurre en Sevilla.

Porque una cosa es el antipsicologismo que requiere la obra, y otra ese lenguaje totalmente plano, soporífero -las palabras pueden también matar de aburrimiento-, que emplea el protagonista, Tomeu Verges. Esto no es dar a conocer, representar un autor actual, comprometido; esto es, sencillamente, cargárselo. La proeza lograda por Verges en el Central sevillano, a expensas de Berkoff y con el consentimiento de Heras, sólo tiene parangón con otra hazaña perpetrada en el Poliorama barcelonés por otro actor catalán con el Edipo tirano, de Müller, dirigido por Matthias Langhoff. Que los dioses nos protejan.

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