Los fantasmas de palacio esperan visita

Los 20 mandatarios que participarán esta semana en la II Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno abandonarán sus mesas de trabajo el sábado para visitar por vez primera un espacio de todos: la Casa de América, que nace en el palacio decimónónico, del marqués de Linares, cuyo lavado de cara ha costado nada menos que 2.850 millones de pesetas.Los invitados y el rey Juan Carlos apenas pasarán en la inmensa construcción neobarroca media hora, y tan sólo pisarán dos salas. La razón, dicen fuentes del nuevo hogar americano es que los visitantes deben ir a Barcelona a toda prisa para la inauguración de los Juegos Olímpicos. Así se ahorrarán la visión de un jardín sin retocar, que tomará forma en octubre, y del interior de las caballerizas las futuras salas de exposiciones, que aún están en obras.

Los fantasmas de palacio presentados en sociedad hace dos años por una polémica doctora en parapsicología, verán llegar sobre las once de la mañana a la puerta de Cibeles a los 20 dignatarios americanos. Sólo faltará el presidente venezolano, Carlos Andrés Pérez, que se quedará en su país por orden de su Senado. Serán Inocencio Arias, secretario de Estado para la Cooperación Internacional; el presidente de la Comunidad, Joaquín Leguina, y el alcalde de Madrid, José María Álvarez del Manzano, quienes les esperen, como representantes del Consorcio de la Casa de América (formado por Exteriores, el Gobierno regional madrileño y el Ayuntamiento). El centenar de personas de la comitiva irán subiendo por los peldaños de mármol de la escalera principal entre ocho lienzos del artista Miguel Domínguez Sánchez que muestran alegorías de las artes, las ciencias y la industria. Son una pequeña muesira de la restauración interior del palacete de 1870, que ha supuesto 450 millones y el trabajo de un centenar de personas. Media hora más tarde llegará el rey Juan Carlos al salón de Embajadores para inaugurar oficialmente la Casa de América. El Rey explicará a sus invitados, en un par de minutos, que en el palacio las vanguardias latinoamericanas y la cultura de allá vivirán como en su casa a partir del 16 de septiembre.

Por una puertecita, 40 invitados ilustres -escritores e intelectuales latinoamericanos- lo verán todo desde el vecino salón Bolívar, entre el enjambre de periodistas y guardaespaldas. Y también los 12 empresarios del patronato de mecenas de la casa. Entre ellos figurará algún representante del grupo Revilla, que permutó el edificio al Ayuntamiento en 1989 por 3.100 millones. Unos y otros acabarán compartiendo canapé y copa. A mediodía, los espíritus, que serán desde entonces fantasmas genuinamente latinoamericanos, les verán descender de nuevo los peldaños de mármol de la escalera. Y se retirarán a dormir hasta que vuelva a haber visita, en alguno de esos 53 salones tan bonitos que les han dejado.