Mitterrand rompe el bloqueo de Sarajevo e invita a la ayuda humanitaria internacional a seguirle
La visita de François Mitterrand a Sarajevo fue un bálsamo para los habitantes de la capital de Bosnia-Herzegovina, sometida desde hace tres meses a un "insoportable calvario", según las palabras del presidente francés. Durante las seis horas que Mitterrand pasó en la ciudad, los artilleros y francotiradores serbios hicieron callar sus armas. Las fuerzas serbias entregaron anoche el aeropuerto de Sarajevo a las fuerzas de protección de la ONU, quienes deberán garantizar que su uso esté limitado a la ayuda humanitaria, según informó la agencia Tanjug en Belgrado.
La salida del presidente Mitterrand de Sarajevo para regresar a París estuvo rodeada de dramatismo al producirse un repentino tiroteo que obligó al presidente a refugiarse en un edificio de las instalaciones del aeropuerto y retrasar su salida.Las circunstancias del incidente no están claras, como tampoco quién inició el tiroteo. Según personas del séquito presidencial, Mitterrand no estuvo en peligro en ningún momento, aunque uno de los (los helicópteros franceses utilizados para el desplazamiento resultó alcanzado por los disparos -no el del jefe del Estado- cuando se encontraba en las pistas. Como medida de precaución, Mitterrand se colocó un chaleco antibalas mientras duró el tiroteo.
Mitterrand, conmovido por los relatos sobre los sufrimientos de la población c0al, decidió el sábado viajar a Sarajevo para expresar personalmente su solidaridad.
"Había que romper el círculo de hierro, sangre y fuego que asfixia a 350.000 personas a las puertas de la Comunidad Europea (CE); había que demostrar al mundo que, si se desea, puede hacerse", dijo al mediodía de ayer Roland Dumas, ministro francés dé Exteriores. Poco antes, a las 10.30, había aterrizado en el aeropuerto de Sarajevo, cerrado desde hace varias semanas, el helicóptero del Ejército francés que transportaba a Mitterrand y al miembro más intrépido de su Gobierno, el ministro de Sanidad y Acción Humanitaria, Bernard Kouchner.
Estos dos hombres venían de la ciudad croata de Split, donde habían llegado la noche del sábado tras participar en la cumbre de Lisboa de jefes de Estado y de Gobierno de la CE, Antes de posarse en Split, el avión presidencial había sobrevolado Sarajevo con la intención de aterrizar en su aeropuerto, pero los pilotos y los cascos azules de la ONU lo habían considerado muy peligroso. Recién llegado a Split, Mitterrand, que se calificó de "testarudo" y, en consecuencia, empeñado en romper el bloqueo de Sarajevo, dijo que estaba dispuesto a "dormir en el suelo".
Al llegar ayer al aeropuerto de Sarajevo, Mitterrand se entrevistó con el general Lewis MacKenzie, jefe de los cascos azules de las Naciones Unidas que intentan mantener abierta esta vía de acceso de la ayuda humanitaria a los 300.000 habitantes de la capital bosnia. Mitterrand reiteró allí que él no pretende tomar partido en los sangrientos conflictos que agitan los Balcanes. "Se trata", dijo, "de conseguir la apertura de este aeropuerto y la creación de corredores humanitarios que permitan llevar víveres y medicinas a la población civil".
El presidente francés esgrimió el concepto de "derecho de intervención" en materia de ayuda humanitaria a las gentes que sufren. "No podemos abandonar a cientos de miles de personas amenazadas de hambre y muerte", reiteró François Mitterrand.
Al concluir la conversación con el general MacKenzie, el presidente francés se dirigió a la presidencia de Bosnia-Herzegovina, donde un centenar de personas le brindó la bienvenida coreando: "¡Viva Francia!; ¡Mitterrand!, ¡Mitterrand!".
Visita a pie
El presidente bosnio, Alija Izetbegovic, acompañó a su visitante inesperado al antiguo hospital militar, donde actualmente están internados 150 heridos.
Los dos presidentes pasearon por la región de Marindvor, blanco constante de los francotiradores, donde los edificios destruidos del Parlamento y del Gobierno recuerdan la crueldad de los combates.
Por otro lado, las fuerzas serbias entregaron anoche el aeropuerto de Sarajevo a las fuerzas de la ONU, indicando que con ello cumplen las resoluciones 752 y 757 del Consejo de Seguridad. El secretario general de la organización, Butros Gali, dió el sábado a los serbios un plazo de 48 horas para detener los ataques contra el aeropuerto. El plazo expiraba esta mañana, antes de una reunión del Consejo de Seguridad convocada para decidir nuevas medidas para abrir el aeropuerto y poder enviar ayuda humanitaria.
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