Bérégovoy consigue calmar la 'siniestrosis' francesa y supera una moción de censura
Pierre Bérégovoy sopla desde el hotel Matignon y los vientos de la siniestrosis comienzan a abandonar el hexágono francés. En el horizonte político y económico del país, cargado de negros nubarrones el pasado invierno, la sobria seguridad del primer ministro abre algunos claros primaverales. Bérégovoy superó anoche, aunque por tan sólo 3 votos de diferencia, la primera moción de censura presentada por la oposición conservadora desde su nombramiento como jefe de Gobierno el pasado 2 de abril. Las filas socialistas, confiadas, no esperaban sobresaltos.El Gabinete que dirige Bérégovoy no está aplicando una política nueva y espectacular, y los problemas que angustiaban a los franceses, en particular el del paro, estan lejos de haber desaparecido. Sin embargo, Bére -como familiarmente le llaman sus conciudadanos-, en tan sólo dos meses, ha conseguido implantar en el país un nuevo clima psicológico más sereno y confiado. Su tarea en este sentido se ve favorecida por el llamativo contraste con la herencia de caos y crispación dejada por su predecesora, Edith Cresson.
Sin demasiada convicción, la oposición de centro y de derecha puso anoche la primera zancadilla parlamentaria al primer ministro. Se trataba de condenarle por la reciente aprobación por Francia de la nueva política agrícola de la Comunidad Europea, una política que rompe con toda una tradición de proteccionismo de las actividades de los campesinos.
Crítica comunista
Tras tres horas de incertidumbre, provocada por el hecho de que los comunistas decidieran al final unir sus votos a la derecha, la moción de censura recibió, cerca de la medianoche, 286 votos favorables, tres menos de los que se necesitaba para provocar la caída del Gobierno. La división de la oposición y la recuperada unidad formal de los socialistas hacía muy dificil la existencia de una mayoría favorable a la moción de censura.En los últimos días, Bérégovoy ha recibido dos buenas noticias y dos malas. El último sondeo del semanario Paris Match afirma que el primer ministro ocupa el primer lugar en la lista de políticos en los que los franceses depositan su confianza. Con el 49% de opiniones favorables, Bérégovoy tranquiliza a sus compatriotas más que Jacques Delors, François Mitterrand, Michel Rocard, Valery Giscard d'Estaing y Jacques Chirac. El día que se hizo pública esa encuesta se supo también que la economía francesa, cuyo nivel de inflación ya era ejemplar, recuperó en el primer trimestre de este año un buen ritmo de crecimiento, superior al de Estados Unidos, Japón y Alemania.
Esas buenas nuevas fueron ensombrecidas de inmediato por el procesamiento por desfalco de Bernard Tapie, ministro de la Ciudad en los primeros 50 días del Gobierno de Bérégovoy, y por la constatación de que, pese a la recuperación del crecimiento económico, el paro sigue progresando en términos absolutos y relativos.
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