Entre el misterio y el mito
Las escasas noticias que poseemos de Nefertari se mezclan a menudo con especulaciones de signo romántico y delirios de best seller.
Es probable que Ramsés II y Nefertari se casaran años antes de que aquél subiera al trono. Ella aparece como esposa favorita en algunas inscripciones (le Gebel-el Silsila, que datan del primer año del reinado de Rainsés. Otra inscripción, esta vez en la tumba del rey, les muestra en la proclamación del alto sacerdote de Amón. Con excepción de Nefertiti, es la primera vez en la historia de Egipto que aparece una reina consorte en asuntos de estado.
En la corte tuvo un papel muy importante. Su presencia junto a Rainsés en las ceremonias religiosas y festivas lo confirma. No sería completamente ajena a los asuntos de la diplomacia internacional, a juzgar por su correspondencia con la reina hitita Pudukhepa. También aparece junto a su esposo en dos viajes a lo largo del Nilo, uno de ellos con motivo de la consagración de los hipogeos de Abu Simbel, otro en la visita a Per Rainses, que el faraón estaba construyendo en el norte. Contaría 40 años de edad cuando desaparece de la escena. Ninguna de las otras esposas tuvo tanta preeminencia.
Ignoramos si Nefertarl llegó a ocupar en la vida política el papel decisivo y acaso incordiante que tuvo Nefertiti.
Mientras ésta participó activamente en el desarrollo y propagación de la herejía amárnica, Nefertari es, hasta donde sabemos, una fantástica, encantadora y muy influyente primera dama de serrallo. El cual, por cierto, no era escaso. Se sabe que, además de numerosas concubinas, Ramsés II II tuvo por lo menos seis grandes esposas reales. De Nefertiti tuvo seis o siete hijos e hijas; el primero fue designado heredero, pero murió joven. Ninguno de los otros sobrevivió al padre, cuya longevidad fue legendaria. Le sucedió Meneptah. (Algunos han querido ver en él al faraón del éxodo; otros han atribuido este papel al propio Ramsés. Cecil B. DeMille se lo concedió bajo los rasgos de Yul Bryriner, sin más).
A falta de mayor información, toda la importancia de Nefertari destaca por su representatividad en las estelas citadas y sus privilegios en la inmortalidad, representada en su tumba y en el templo de Hathor, en Abu Simbel, donde se la representa a la misma estatura que Rainsés y ataviada con los atributos de la diosa.
Cuando Schiparelli descubrió la tumba, ésta había sido desvalijada presuntamente en varias ocasiones. No es, por supuesto, un caso excepcional en una extensa cronología de profanaciones. En la tumba sólo se hallaron las piernas de una momia. Si correspondieron a las de la hermosa dama que adorna esos muros sería una triste ironía de la inmortalidad. En los senderos menos visitados de la antigua sede de la Belleza podían verse hasta hace poco momias abandonadas e incluso mutiladas para servir al siniestro tráfico para uso de viajeros morbosos.
Babelia
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