Bush confirma su asistencia a la Cumbre de la Tierra
Después de meses de tira y afloja, el presidente norteamericano, George Bush, anunció ayer que acudirá a la cumbre de la Tierra, que se celebrará en Río de Janeiro entre los días 3 y 14 de junio para estudiar el estado del desarrollo y la contaminación en el mundo.
Bush accedió ayer a acudir a esa cumbre, aunque sea sólo durante un día, tras un acuerdo alcanzado la pasada semana en Naciones Unidas que le garantiza a Estados Unidos que la reunión no pondrá límites precisos a las emisiones de dióxido de carbono. Estados Unidos, que es el principal emisor mundial de ese gas contaminante, no está dispuesto a condicionar su política medioambiental a su desarrollo económico.
El presidente norteamericano hizo el anuncio después de una entrevista sostenida en la Casa Blanca con el secretario general de la ONU, Boutros Ghali. Bush calificó de "importante" la reunión de varios jefes de Estado de todo el mundo en la ciudad brasileña, pero advirtió que no podrá permanecer allí mucho tiempo.
Antes de este anuncio, Bush había contactado con varios dirigentes mundiales para conseguir que la cumbre se limite a hacer una advertencia sobre el peligro de la contaminación y a exhortar al cuidado del medio ambiente, sin medidas específicas.
Sin compromisos
La Comunidad Europea pedía reducir la emisión de dióxido de carbono en el año 2000 a los niveles que tenía en 1990. La Administración norteamericana aduce que, para cumplir con eso, Estados Unidos se vería obligado a emprender una reestructuración de su base industrial que costaría la pérdida de miles de puestos de trabajo.Con su viaje a Río, George Bush trata de no quedarse el margen de una iniciativa de lucha contra la contaminación en la que están implicados los principales países del mundo. Pero, al mismo tiempo, el presidente tiene previsto únicamente pronunciar un discurso y regresar a Washington, sin tomar parte en un debate sobre el que Bush no quiere compromisos.
Otros países, principalmente algunos europeos, y las organizaciones ecologistas temen que una cumbre sin medidas concretas para reducir los gases tóxicos no tendría las consecuencias necesarias. Los expertos han advertido que si no se pone límite inmediatamente a las emisiones de dióxido de carbono la temperatura de la tierra aumentará entre 1,5 y 4,5 grados centígrados hacia el final del siglo próximo, lo que podría tener consecuencias catastróficas. Estados Unidos emite más del 20% de todo el dióxido de carbono del mundo.
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