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Trabajadores de Peñarroya causan destrozos por más de 100 millones de pesetas en Cartagena

Grupos de trabajadores de la Fundición Santa Lucía de Peñarroya, en Cartagena (Murcia), protagonizaron ayer distintos actos de protesta ante el anunciado cierre de la fábrica. Durante los incidentes, que duraron cinco horas y en los que no llegó a intervenir en ningún momento la policía, los manifestantes causaron daños por importe superior a los 100 millones de pesetas sólo en instalaciones de Renfe.

Además hubo destrozos en el mobiliario urbano: contenedores de basura, semáforos y bocas de agua. Por otro lado, varios miles de agricultores convocados por Jóvenes Agricultores se manifestaron por las calles de Mérida (Badajoz) para protestar por la crisis del sector agrario.La protesta en Cartagena se inició a las siete de la mañana, minutos antes de la hora prevista para la salida del Talgo Cartagena-Cerbere. Los trabajadores, como ya habían hecho en tres ocasiones anteriores, colocaron una barricada con maderos y neumáticos en la vía del tren, a la que posteriormente prendieron fuego. El bloqueo de las vías obligó a retrasar también la salida de otro Talgo, con dirección a Madrid, e impidió la entrada de los expresos nocturnos en los que viajaban, procedentes de Madrid y Barcelona, decenas de jóvenes que cumplen el servicio militar, y que debían incorporarse ayer a primera hora a sus acuartelamientos en la Zona Marítima del Mediterráneo.

La protesta de los trabajadores de Peñarroya, en número cercano a los 200, según fuentes policiales, siguió con la rotura de todas las ventanas del Talgo Mare Nostrum y de varias unidades de trenes regionales. Además y durante las cuatro horas que duraron los incidentes en las instalaciones ferroviarias, rompieron la caseta de señalización e incendiaron 200 traviesas. Un portavoz de la jefatura territorial de Renfe evaluó "en un mínimo de 100 millones de pesetas" los daños ocasionados en sus instalaciones y calificó las acciones de "vandálicas".

Renfe tuvo que habilitar 20 autobuses para el traslado de pasajeros que no pudieron llegar o salir de Cartagena y establecer turnos extraordinarios de trabajadores para el control manual de la señalización del tráfico ferroviario que, aunque con retrasos, se reestableció ayer tarde. La manifestación de los trabajadores siguió posteriormente en zonas del casco urbano, donde quemaron contenedores de basura, arrancaron semáforos y bocas de agua y destruyeron señales de tráfico. La circulación de vehículos quedó interrumpida durante unas dos horas.

Dos dotaciones del 091 vigilaron la protesta, pero la policía no llegó a intervenir en ningún momento. El presidente del comité de empresa de Peñarroya, Juan Andreu, justificó estas acciones porque "los nervios se desatan y es muy difícil controlarlos" imputando a la Comunidad Autónoma la responsabilidad de que "no resuelve nada de lo de Cartagena".

El consorcio germano-francés Metaleurop, accionista mayoritario de Peñarroya, prefirió disolver la sociedad y presentó hace dos semanas suspensión de pagos en un juzgado de Madrid. Pese a ello, ha mantenido negociaciones con la Comunidad de Murcia para que ésta compre la fundición de plomo, una vez que el INI rechazó adquirir las acciones en venta.

Portavoces de los trabajadores anunciaron que hoy seguirán con sus protestas "que van a ser mucho más duras porque no permitiremos que se cierre la fábrica y que nos quedemos en la calle".

Manifestación en Mérida

Por otra parte, varios miles de personas, convocadas por Jóvenes Agricultores, se manifestaron ayer por las calles de Mérida (Badajoz) para protestar por la crisis que sufre el sector agrario. Al mismo tiempo, agricultores y ganaderos pertenecientes a COAG, Asaja y UPA cortaron el tráfico en diversas carreteras nacionales.

La concentración de Mérida tenía por objeto reivindicar la adopción de una serie de medidas económicas para reestructurar el campo extremeño y buscar soluciones urgentes ante el hundimiento del sector ganadero y los embargos que se están produciendo en las zonas de regadío, todo ello agravado por una sequía que ha provocado de momento pérdidas próximas a los 30.000 millones de pesetas.

Los agricultores lanzaron tomates, piedras y petardos contra la Consejería de Agricultura e intentaron, sin conseguirlo, entrevistarse con el presidente del Gobierno extremeño, Juan Carlos Rodríguez Ibarra. A lo largo de toda la jornada de ayer varios centenares de agricultores impidieron el tráfico rodado en diversos puntos de la comunidad.

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