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Botero expone por primera vez en España 90 obras de su colección 'La corrida'

El artista colombiano mostrará en octubre 28 esculturas en los Campos Elíseos de París

El desafío taurino, el quite, la contundente ceremonia de la vida y la muerte del pintor colombiano Fernando Botero visten desde hoy y hasta el 3 de mayo las paredes del Hospital de los Venerables Sacerdotes de Sevilla, pieza fundamental de la arquitectura local del siglo XVII. La corrida -50 óleos y 40 obras en papel de hasta tres metros de altura- cruza por primera vez las fronteras españolas, aunque ha recorrido ya los museos de Italia, Venezuela y EE UU. El 20 de octubre, Botero realizará una espectacular exposición con 28 esculturas monumentales en los Campos Elíseo.

A Fernando Botero, colombiano de Medellín, le ilusiona es pecialmente que sus obras de la serie de tauromaquia abran plaza en Sevilla, tierra y cuna de toreros. El marco de la exposición, un edificio emblemático de la arquitectura del Siglo de Oro, se le antoja también como el "espacio perfecto" para dar cobijo a su pintura. A fin de cuentas, reflexiona, las formas redondas y abultadas que caracterizan su obra se inspiran en el arte tradicional.Los Venerables, ahorá sede de la Fundación Fondo de Cultura de Sevilla (Focus), se levanta en elcentro de la antigua Judería, el barrio de Santa Cruz, con un entramado de calles difíciles y corrales. "Es un sitio espectacular. Lo que hay que atravesar para llegar al museo le predispone a uno para penetrar en el mundo del arte No se produce el choque cultural de salir del metro y entrar en la intimidad. Aquí al llegar y se está preparado para enfrentarse a las sutilezas".

El empeño de un tío de Fernando Botero de convertir al pintor en un gran diestro despertó desde niño su pasión por la fiesta. Pese a que lo matriculó incluso en una escuela de tauromaquia, su aprendizaje como figura de los ruedos no progresó, pero comenzó a dibujar picadores, toreros y personajes de las corridas. Pasaron algunos años y en 1956 realizó su primer botero. Transcurrieron muchos más y en 1983, tras visitar la plaza de toros de La Macarena en Medellín, retomó el tema taurino con un entusiasmo desbordante.

La Corrida supone sólo la mitad de todo lo que ha pintado Botero sobre la fiesta. El resto pertenece a colecciones privadas de Alemania y Estados Unidos. "He seleccionado esta muestra por sus oportunidades plásticas. El tema por excelencia es el quite, el desafío, el instante favorito de Goya o Picasso, los pintores que se han dedicado seriamente a lo taurino. El caos que hay en el momento en que el picador se desploma o el toro cuando embiste contra el caballo... Es de una gran plasticidad, movimiento, color, espacios. Toda clase de posibilidades de composición".

Tres salas

La colección, que ocupa tres salas amplias, describe distintas fases de la ceremonia taurina: El Paseo, El Alguacil, Tercio de Varas, Tercio de Banderillas, Tercio de Muerte; y retratos, como Bailaora, Maja y Toro.La predilección de Botero por la escenografía del ruedo da paso a la reflexión sobre el arte actual. "El gran problema que tenemos los pintores hoy en día es que el mundo se ha vuelto gris. No es como en el Renacimiento, que todos se vestían con colores maravillosos; el color estaba en la vida, como en la corrida, no había que inventarlo".

Botero explica su fascinación por el arte clásico en la ausencia de otras referencias en su Medellín natal. "Fui sensible a la pincelada del arte colonial en Colombia y la vida que ví de pequeño, que ha sido y seguirá siendo mi tema. Hay muchos pintores que siempre han reflejado la misma habitación. América,Latina es mi referente y este mundo me parece inagotable".

No en vano, en su juventud pasó un año entero visitando el Museo del Prado de Madrid. "Estamos en unas de las etapas menos gloriosas de la historia del arte. Se ha perdido toda la estructura, no existen reglas del juego y resulta caótico. Creo que va a quedar muy poco de este siglo. Se trata de cosas interesantes, novedosas la primera vez, pero la calidad es lo que perdura. Es como un chiste repetido, ya no llama la atención".

El pintor colombiano vive por temporadas en Nueva York, París y Pietrasanta, en la Toscana italiana. Eligió este último lugar'porque allí está concentrada la escultura: el mármol y los volúmenes. El próximo octubre, 28 esculturas monumentales de Botero se instalarán en una franja de 500 metros de los Campos Elíseos de París. "Cada 25 metros, estará una figura. Es una oportunidad que ningún otro escultor ha tenido. Además la más pequeña mide dos metros cincuenta y, la mayor, cuatro".

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