Yeltsin renuncia a pedir la reducción del arsenal atómico francés y acepta la 'suficiencia nuclear'
Borís Yeltsin abandonó ayer París tras recibir un tratamiento imperial y renunciar a su idea inicial de pedir la reducción del arsenal nuclear francés. En una conferencia de prensa con François Mitterrand, el presidente ruso afirmó: "Comprendo y respeto la posición de Francia de no sumarse por el momento al proceso de desarme nuclear". "Es cierto", añadió, "que aún no se puede comparar el arsenal francés con el de EE UU o el de la Comunidad de Estados Independientes (CEI)".
Mitterrand afirmó que París y Moscú comparten ahora la teoría tradicionalmente defendida por Francia de la "suficiencia nuclear", es decir, la necesidad de tener "una potencia nuclear reducida al mínimo y de mero carácter disuasorio y defensivo". Las últimas propuestas del presidente Yeltsin", dijo Mitterrand, "significan una aceleración hasta ahora desconocida del proceso de desarme nuclear, y están inspiradas en nuestra noción de suficiencia".El presidente ruso no desmintió a su anfitrión. Su objetivo, repitió, es limitar a 2.600 el número de cabezas nucleares en poder de Rusia y sus socios de la CEI, lo que significa casi la sexta parte de las existentes hoy día. Esa cifra, dijo, es "la estrictamente necesaria para garantizar la seguridad de nuestro inmenso territorio frente a posibles amenazas terroristas".
Francia, dijo Mitterrand, ha recibido la "confirmación" de que las cuatro repúblicas con armas nucleares de la CEI "han otorgado el poder de decisión al presidente Yeltsin, asistido por el mariscal Shápohsnikov". "No tenemos razones para dudar de esa información", añadió. El presidente francés informó que había explicado a Yeltsin que Francia se sumará al proceso de desarme nuclear en el momento en que Washingon y Moscú hayan reducido tanto sus arsenales que éstos puedan ser comparables con el francés.
Comprensión total
"Nos separamos con una comprensión total", proclamó Yeltsin, que agradeció calurosamente la hospitalidad de Mitterrand. Durante 48 horas, el presidente ruso, cuya seguridad y espíritu humorístico y poco rencoroso han seducido a sus interlocutores, se albergó en el Gran Trianon, el castillo versallesco de Luis XIV, y recibió un trato semejante al que París dio en 1717 al zar Pedro el Grande.
Yeltsin no abandonó París con las manos vacías. Su dramática advertencia de la posibilidad del establecimiento de una dictadura en Rusia si fracasan las reformas económicas hizo que el Gobierno francés le otorgará un crédito de 2.000 millones de francos (unos 37.000 millones de pesetas) para la compra de cereales y otro de 1.500 millones de francos (casi 28.000 millones de pesetas) para la adquisición de bienes industriales. Mitterrand y Yeltsin firmaron también el primer tratado entre Francia y una Rusia que, en palabras del primero, "recupera el hilo de una larga y gloriosa historia".
Los millones para la compra de cereales han de servir de algún alivio a las vacías despensas rusas y para paliar la carestía de algo tan básico como el pan. La situación crítica por la que atraviesan los rusos se puede apreciar con un sólo dato facilitado por el viceprimer ministro encargado de los Asuntos Sociales, Alexandr Shojin: "El 80% o 90% de la población tiene unos ingresos mensuales por debajo de la línea de la pobreza", informa desde Moscú. Ese umbral se sitúa en 1.500 rublos (unas 1.300 pesetas). El Gobierno, sin embargo, no se puede comprometer a pagar a los pensionistas, la capa social más castigada por la reforma, esa cantidad y Shojin se ha limitado a anunciar que se aumentará la pensión mínima 200 rublos para que alcance los 550, mínimo para la pura supervivencia física.
Subida imprevista
Durante el mes de enero, según ha reconocido Shojin, los precios han subido más de lo previsto por el Gobierno: se han multiplicado por 3,5 en lugar de por 2,5, y si la comparación se establece con los niveles de enero de 1991, la multiplicación ha sido por 15 o 20. La producción, también según los portavoces oficiales, ha caído durante el primer mes del año entre el 16% y el 18% con respecto al enero anterior y la previsión es que a final de 1992 el descenso se sitúe en torno al 12%.
[Por otra parte, Yeltsin anunció ayer su intención de reunirse con el presidente ucranio, Leónid Kravchuk, el próximo 15 de febrero para resolver "cualquier problema, si es que lo hay" entre Rusia y Ucrania.
En declaraciones a los periodistas que le esperaban en el aeropuerto de Moscú a su regreso de París, el máximo mandatarío ruso propuso que Kravchuk y él mantuvieran un encuentro al término de la cumbre que la Comunidad de Estados Independientes celebrará en Minsk el día 14, informa Efe.]
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