Un 'duro', nuevo ministro de defensa yugoslavo
El general Blagoje Adzic, el líder más destacado del ala militar comunista nacional serbia e irreconciliable enemigo del proceso independentista croata, tomó ayer el mando del ejército yugoslavo tras la sorprendente dimisión del ministro de defensa, el federalista Veljko Kadijevic. La dimisión de Kadijevic fue anunciada en la tarde de ayer en Belgrado, mientras en la catedral de Zagreb se celebraba el funeral por los cinco observadores de la comunidad europea (CE) muertos al ser derribado el martes su helicóptero por la aviación federal.
ENVIADO ESPECIALLa toma del mando supremo militar sérbio-federal por parte de Adzic es un síntoma alarmante del rumbo de la crisis panserbia desatada por la firma del acuerdo de paz que prevé el despliegue de tropas de las Naciones Unidas en las regiones en guerra en Croacia. Adzic, un serbio montenegrino que perdió a 38 miembros de su familia asesinados por ustachas (fascistas croatas), es un enemigo implacable del Gobierno croata y ha anunciado públicamente en varias ocasiones que "reinstaurar el orden en Yugoslavia" bien vale varias decenas de miles de muertos.Aunque al cierre de esta edición el nuevo jefe de las Fuerzas Armadas no había hecho declaración alguna, nadie considera que Adzic, miembro del partido ortodoxo Liga Comunista-Movimiento por Yugoslavia, pueda ser interlocutor más accesible para los esfuerzos de paz con Croacia y la mediación internacional. Otro signo preocupante para el proceso de paz es que el anuncio de la dimisión de Kadijevic se produjo horas después de que éste fuera violentamente atacado por el principal adversario al despliegue de los cascos azules, el líder de la rebelión serbia en la región croata de Krajina, Milan Babic.
Golpe contra Milosevic
En primeros y apresurados análisis, algunos observadores hablaban ayer de la posibilidad de que la dimisión de Kadijevie, "el último yugoslavo", y la llegada al poder de un "comunista panserbio" pudiera suponer un golpe de fuerza contra la línea conciliadora asumida por el presidente serbio Slobodan Milosevic al aceptar el acuerdo de paz y el despliegue de los cascos azules auspiciado por las Naciones Unidas.
Según un comunicado oficial, Kadijevic dimitió por
motivos de salud", una explicación en principio creíble por ser de dominio público que sufría desde hace meses de un cáncer de pulmón. No obstante, el hecho de que se produzca un día después del ataque aéreo contra el helicóptero comunitario, con sus gravísimas repercusiones internacionales, hace poco plausible la explicación oficial de que su dimsiión ya había sido presentada el 21 de diciembre.
La Comunidad Europea había anunciado ayer la suspensión de todas las actividades de su misión internacional de observadores en Yugoslavia hasta que reciba garantías para la seguridad de sus miembros tras la muerte el martes en Croacia de cinco de ellos al ser derribado su helicóptero por un avión del Ejército serbio-federal.
Ayer se celebró en la catedral de Zagreb un funeral por los cinco monitores -cuatro militares italianos y un oficial francés- muertos en este incidente. Delegaciones especiales italiana y francesa acompañaran después a los cadáveres en su repatriación. Italia llamó a consultas a su embajador en Belgrado tras el ataque, que el ministro italano de Asuntos Exteriores, Gianni de Michelis, calificó de "sabotaje premeditado del proceso de paz".
Pese a la indignación que ha producido, todos los implicados en la guerra yugoslava partidarios del despliegue de las fuerzas de pacificación internacionales se esforzaron por impedir que se convierta en un obstáculo para la llegada de los cascos azules.
"Este trágico incidente demuestra claramente la necesidad de redoblar., los esfuerzos por llevar la paz a Yugoslavia" manifestó en Nueva York el secretario general de. la ONU, Butros Ghali. El Consejo de Seguridad acordó ayer el inmediato envío de 50 observadores militares. No obstante, no determinó fecha para el despliegue de los 10.000 soldados necesarios para la vigilancia de las regiones conflictivas que las tropas contendientes deberán abandonar, según el acuerdo logrado en Sarajevo el día 2 bajo la mediación del enviado de la ONU, Cyrus Vance.
Mientras, en Serbia prosiguió la escalada de los enfrentamientos entre los partidarios y adversarios del alto el fuego y el consiguiente despliegue de cascos azules en las regiones en conflicto. El presidente serbio, Slobodan Milosevic, convocó una reunión de emergencia con los líderes serbios en Croacia, al parecer para convencerlos de la necesidad de aceptar el despliegue de los cascos azules.
Sin embargo, Milan Babic, autoproclamado presidente de la Krajina, no asistió, amenazó con atacar como enemigos e invasores a las tropas internacionales y aprovechó el derribo del helicóptero comunitario para acusar al ministro federal de Defensa, de "responsable de este acto escandaloso".
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