Cuba acusa a varias embajadas de apoyar a la disidencia

Cuba comenzó el nuevo año con acusaciones a varias embajadas acreditadas en La Habana, a la Iglesia católica y a las agencias de prensa internacionales por supuestas actividades de "coordinación", "aliento" y "magnificación" de los grupos disidentes cubanos y de sus acciones de "desestabilización" del régimen socialista de Fidel Castro.

Las acusaciones, hechas por el miembro del Buró Político del Partido Comunista Cubano (PCC) Carlos Aldana, implican, sin nombrarlo, a un diplomático de la Embajada de España en La Habana, que expresó a este periódico su rechazo de la acusación cubana por considerarla "injusta" y "equivocada". El embajador español, Gumersindo Rico, aseguró por su parte: "Si las autoridades cubanas creen que nosotros estamos dando instrucciones o consejos a estos grupos, se equivocan como se equivocaron en 1990". Se refería el diplomático a la llamada crisis de las embajadas.Pese a, que Carlos Aldana, responsable del área ideológica y de las relaciones internacionales del PCC, no nombró a ningún diplomático ni a ninguna Embajada en concreto, fuentes diplomáticas españolas en La Habana afirmaron que se sentían aludidas, sobre todo al tener en cuenta que hace sólo un mes la cancillería cubana acusó oficialmente a dos diplomáticos españoles de "coordinar e incentivar las actividades de los movimientos disidentes".

Aldana, durante una inter vención en el noveno período de sesiones de la Asamblea Nacio nal del Poder Popular, que fue difundida por los dos canales de la televisión cubana en la noche del 30 de diciembre, aseguró que "algunas misiones acreditadas en La Habana" suministran a los disidentes "máquinas de escribir, papel, grabadoras, cintas, la valija diplomática para que la usen en contactos hacia el exterior, consejos políticos, asesoría y alimentos".

El alto funcionario comunista puso como ejemplo de esta participación de algunos "diplomáticos" en la organización del movimiento disidente la instrucción dada por el escritor cubano Carlos Alberto Montaner a varios opositores cubanos en la que se les insta a fundar partidos políticos y a promover una concertación entre ellos.

Según Aldana, esta instrucción "fue transmitida en una carta enviada desde Madrid, donde radica uno de los centros de la CIA que orienta esta actividad en Cuba", y transportada a la isla por el español Xavier Domingo.

Esa persona, según Aldana, contó con la colaboración de "un funcionario diplomático de una misión acreditada en Cuba que ha estado haciendo el papel de aglutinar estos grupos, de tratar de salvar las diferencias y asperezas entre ellos".

El diplomático aludido por Aldana es, según todos los indicios, el ministro consejero de la Embajada española Ignacio Rupérez que, en agosto pasado, fue llamado ya a cancillería por el viceministro de Relaciones Exteriores de la isla.

Rupérez afirmó que todas las imputaciones que a él se le hacían eran falsas y que sus contactos eran los "normales", similares a los que tenían otras embajadas extranjeras en La Habana.