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La huelga de distribuidores impidió la venta de periódicos en los quioscos de Madrid

Ninguno de los periódicos de Madrid acudió ayer a su cita diaria con los lectores de esta comunidad autónoma debido a una huelga realizada por los distribuidores de prensa y revistas -que en la jerga periodistica reciben el nombre de ruteros- con el apoyo de CC OO y UGT. Piquetes de huelguistas bloquearon las salidas de los diarios, inspeccionando incluso el contenido de los vehículos que transportaban ejemplares de las ediciones nacionales, no afectadas por esta huelga.

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Varios ruteros que decían pertenecer al comité de huelga advirtieron en la noche del lunes que estaban dispuestos a tomar represalias directas -mencionaron la rotura de cristalescontra los establecimientos Vips en el supuesto de que encontraran por la noche ejemplares del día siguiente, como es habitual.Los distribuidores de prensa y revistas -un colectivo que agrupa en Madrid a un millar de personas- pretenden con esta huelga mantener todos los puestos de trabajo existentes en la actualidad, que se generalicen los contratos de carácter laboral y que no haya movimientos de fondos editoriales. Las empresas sostienen por su parte que bajo estas condiciones no se puede abordar una modemización del sector de distribución.

La editora de EL PAIS tiene en la actualidad una empresa filial, Distasa, encargada de la distribución en el área de Madrid, con una plantilla de 45 ruteros, con los que mantiene una relación laboral. El convenio vigente hasta finales del presente año -está en trámite la negociación de uno nuevo para el bienio 1992-93- establece un salario medio anual de 5 millones de pesetas, con un plus de 1,8 millones en concepto de ayudas de vehículo (gasolina, seguros, etcétera). Los trabajadores de Distasa han decidido sumarse a la huelga, pese a rebasar con creces las exigencias de la plataforma provincial.Distribución conjunta

Diario EL PMS, SA, junto con otras empresas del sector viene negociando desde hace meses la creación de una nueva distribuidora que daría servicio a varios títulos, entre ellos, EL PMS, La Vanguardia, Diario 16 y El Correo Español-El Pueblo Vasco. Se trata -en versión de un portavoz de la empresade reducir los costes de distribución, que este año han registrado en sus diversos capítulos aumentos de hasta el 80%, y de ag ilizar la llegada a los quioscos.

"En definitiva", añadió dicho portavoz, "queremos aplicar criterios que redundarán en beneficio del lector, sobre el que se han hecho recaer hasta hoy, a través del precio del ejemplar, los costes de una distribución atomizada. Pero también beneficiarán a los trabajadores del sector, perjudicados por la propia atomización empresarial y por la dispersión vigente".

En el transcurso de la negoclación mantenida con los ruteros, los distribuidores de diarios aceptaron establecer una moratoria de tres meses, de forma que se mantuviesen inalterables las condiciones actuales de trabajo mientras se negociaba el convenio provincial. Pese a ello, los ruteros decidieron ir ala huelga al descolgarse la agrupación de empresarios de revistas (FANDE).

Desde el inicio de la transición política este periódico sólo ha faltado a su cita diaria con los lectores -salvo las fiestas tradicionales de Navidad, Año Nuevo y Viernes Santo- en dos ocasiones: con motivo de las huelgas de carácter político realizadas el 20 de junio de 1985 -contra la ley de pensiones- y el 14 de diciembre de 1988 -contra la política económica del Gobierno- El citado portavoz de la empresa editora de EL PAN señaló que "la misma está decidida a utilizar todos los medios legales a su alcancepara no interrumpir su cita obligada con los lectores, a quienes se debe de forma exclusiva".Comunicado de los editores

Por su parte, la Asociación Española de Diarios Españoles (AEDE) hizo público ayer un comunicado en el que se afirma que la huelga de ruteros está motivada por "reivindicaciones laborales que los trabajadores formulan a las empresas distribuidoras para las que trabajan. Ocurre pues que los periódicos no son parte directa en este problema y, sin embargo, pagan las consecuencias del mismo, al no poder hacer llegar losperiódicos a sus lectores de Madrid". Esta huelga "obliga a los editores de periódicos a recordar la especial naturaleza de su función de informar que, a la vez que un derecho, es un deber en íntima conexión con el derecho de los ciudadanos a estar informados, fundamento en el cual se apoya el sistema democrático".

Los editores de Madrid, según la AEDE, se disponen a remover los obstáculos que impiden su cumplimento, "salvando los legítimos intereses que están en juego, pero poniendo por encima de todo el mantenimiento de su compromiso con la opinión pública de sacar diariamente sus pejiodicos a la calle".

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