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FINAL DE LA UNIÓN SOVIETICA

La Unión Soviética ya no existe

De izquierda a derecha, el presidente de Ucrania, Leonid Kravchuk; el presidente de Bielorrusia, Stanislav Schushkevich; el primer ministro bielorruso, Vatcheslav Ketich y el presidente ruso, Boris Yeltsin, en la firma del acuerdo de creación de la Comunidad de Estados Independientes y la proclamación de la disolución de la Unión Soviética.
De izquierda a derecha, el presidente de Ucrania, Leonid Kravchuk; el presidente de Bielorrusia, Stanislav Schushkevich; el primer ministro bielorruso, Vatcheslav Ketich y el presidente ruso, Boris Yeltsin, en la firma del acuerdo de creación de la Comunidad de Estados Independientes y la proclamación de la disolución de la Unión Soviética.Reuters

Mijaíl Gorbachov se ha quedado sin país que presidir. Los líderes de Rusia, Ucrania y Bielorrusia firmaron ayer un acuerdo por el que crean una comunidad de Estados independientes y dan por finalizada la existencia de la URSS y de todas sus instituciones, sin excluir la presidencia de la hasta ahora Unión Soviética. "Desde el momento de la firma del acuerdo", señala el documento, "la aplicación de normas de terceros países, incluida la antigua Unión Soviética, queda prohibida en el territorio de los Estados signatarios, y queda paralizada la actividad de los órganos de la antigua Unión".

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Dado que en el territorio de Rusia, uno de los Estados firmantes, se encuentra la sede de la Presidencia soviética, el Parlamento soviético, los ministerios y el recientemente creado Comité Económico Interestatal, que cumple las funciones de Gobierno central, todos estos organismos podrían dejar de funcionar inmediatamente si el presidente ruso, Borís Yeltsin, hace valer su voluntad. La partida de defunción definitiva de la URSS podría formalizarse hoy mismo en una reunión de los presidentes de las repúblicas de la antigua Unión con el propio Gorbachov. A la hora de cierre de esta edición no se había difundido ninguna reacción oficial del presidente soviético ante el acuerdo firmado por los líderes de las tres repúblicas eslavas. Sin embargo, ayer mismo Gorbachov había expresado, en declaraciones a una cadena de televisión francesa, su temor a un nuevo golpe de Estado y advertía que la guerra que vive Yugoslavia es un juego comparada con la que se puede desencadenar en la URSS. En términos similares, Estados Unidos manifestó, a través de su secretario de Estado, James Baker, su temor al estallido de una guerra civil en territorio soviético.El acuerdo que hace desaparecer a la Unión Soviética fue negociado durante dos días por los líderes de Rusia (Borís Yeltsin), Bielorrusia (Stanislav Shushkévich) y Ucrania (Leonid Kravchuk) en una dacha bielorrusa situada junto a la frontera con Polonia, en la región de Brest. El documento crea, al mismo tiempo, una nueva Comunidad de Estados Independientes, que queda abierta a todos los antiguos miembros de la URSS e incluso a otros países que quieran sumarse. Las tres repúblicas se reconocen unas a otras su plena soberanía y fijan sus relaciones bajo los principios de igualdad y no injerencia en los asuntos internos de las demás.

Tras este reconocimiento mutuo de soberanía plena, los Estados firmantes deciden "preservar el mando conjunto sobre el espacio militar-estratégico común y el organismo único de control sobre el armamento nuclear".

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Asimismo, sitúan dentro de "la esfera de actividad conjunta" la coordinación de la actividad de política exterior, la formación y el desarrollo de un espacio económico común, las aduanas y el control migratorio, el desarrollo de los sistemas de transportes y comunicaciones, la protección del medio ambiente y la lucha contra el crimen organizado.

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La lista de competencias que se desarollarán de manera conjunta es, por tanto, relativamente amplia y comparable con las que proponía Mijaíl Gorbachov en su propuesta de Estado confederal. La diferencia básica estriba en que, según el acuerdo, la soberanía plena recae en las repúblicas y no se preveía la creación de instituciones que pudieran siquiera sugerir que la soberanía recayera sobre el conjunto de la Comunidad, como pudiera ser un parlamento o una presidencia conjuntas.El acuerdo ha sido suscrito por los presidentes y jefes de Gobierno de los tres Estados: Boris Yeltsin y Guennadi Burbulis, por Rusia; Leonid Kravchuk y Vitold Fokin, por Ucrania; y Stanislav Shushkévich y Vitafl Kevich, por Bielorrusia. Ya el preámbulo deja pocas dudas sobre la finalidad del pacto: "Nosotras, las repúblicas de Bielorrusia, la Federación Rusa y Ucrania, como Estados fundadores de la URSS y cofirmantes del Tratado de la Unión de 1922, declaramos que la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas ha dejado de existir como sujeto de derecho internacional y como realidad geopolítica".

Abierto a los bálticos

Los firmantes del pacto, al señalar que el acuerdo "está abierto a todos los miembros de la antigua URSS" y "a otros Estados que compartan los objetivos y principios de la Comunidad", dejan la puerta abierta tanto a las otras nueve repúblicas que seguían dentro del marco de la vieja Unión, como a las independizadas Letonia, Letonia y Lituania, e incluso a los que conformaron el bloque del Este. Los órganos de coordinación de la nueva enti.dad no se instalarán en Moscú, sino en Minsk, la capital de Bielorrusia, lo que deja aún más clara la ruptura con el pasado comunista y acerca la capitalidad administrativa a Europa.Además de mantener el espacio estratégico común y el mando único sobre el armamento nuclear, las tres repúblicas, que tienen desplegados misiles atómicos en sus territorios, se comprometen a reducir los gastos militares y dedicar "sus esfuerzos a lograr la liquidación del armamento nuclear, bajo control internacional". Igualmente, "las partes respetarán los esfuerzos de los demás por alcanzar el estatus de país desnuclearizado y Estado neutral".

Las tres repúblicas eslavas, que pretenden "construir Estados dernocráticos", se reconocen las fronteras actuales y anuncian que suscribirán diversos acuerdos de tipo político y económico, así como otros sobre cultura, educación, salud, ciencia y medio ambiente, entre otros.Del total de las 15 repúblicas que formaron la Unión Soviética, Rusia es la mayor, con el 51,41/o de la población y el 61, 1 % de la riqueza; y Ucrania viene inmediatamente a continuación con el 18% de la población y el 16,3% de la riqueza. Si a las cifras de ambas se suman las de Bielorrusia, se obtiene que las tres repúblicas eslavas reúnen al 73% de la población y el 81,6% de la riqueza. La iniciativa tomada ayer, por tanto, va a ser dificilmente rebatida por el resto de Estados soberanos.

El golpe definitivo contra los restos de la Unión Soviética, sustentado en el respaldo masivo obtenido en las urnas en los casos de Yeltsin y Kravchuk, lo justificaron los tres presidentes en un comunicado específico redactado en los términos trascendentes que se suelen utilizar tras la toma del poder.Antes de proclamar la creación de la Comunidad de Estados Independientes y de anunciar que cumplirán cón las obligaciones internacionales derivadas de los tratados firmados por la antigua Unión, los tres presidentes hacen constar cuatro consideraciones previas: en primer lugar, constatan que "las conversaciones para preparar un nuevo Tratado de la Unión se encontraban en un punto muerto" y que la independencia de algunas repúblicas se había convertido en una relidad; segundo, declaran que "la política miope llevada a cabo por el centro ha conducido al país a un profunda crisis política y económica, la quiebra de la producción y la desastrosa caída del nivel de vida en todas las capas de la sociedad"; tercero, toman en cuenta "el incremento de la tensión social en muchas regiones de la antigua URSS, que han generado conflictos interétnicos y pérdida de vidas humanas"; y cuarto, se muestran "conscientes" de "su responsabilidad" ante el "pueblo y la comunidad internacional" y "de la urgente necesidad de reformas políticas y econórnicas".

Un tercer documento, éste firmado por los jefes de Gobierno en vez de los presidentes, establece una serie de acuerdos económicos, entre los que sitúan el de llevar a cabo coordinadamente una reforma radical de la economía que conduzca a la efectiva creación de mecanismos de mercado". Las relaciones económicas se establecerán sobre la base del actual rublo, aunque no se descarta la introducción de nuevas monedas.La gran incógnita planteada anoche era la reacción de Mijaíl Gorbachov ante este cambio que lo apea del poder. El presidente soviético ha desarrollado a lo largo de la semana una intensa campaña en favor de su borrador de Tratado de la Unión y ha anunciado que habría guerra entre repúblicas si no había acuerdo.

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